Maria B. Alonso Fabregat. Psicóloga Clínica y Forense. Coordinadora UNED, Castellón.
En la actualidad nuestros niños y adolescentes, cuentan de la mano de las ‘nuevas tecnologías’, con ‘herramientas’ de lo más atractivas, y que nunca antes habían existido en toda la historia del ser humano. Estas llamadas ‘nuevas tecnologías’, vienen siendo potentes estímulos perceptuales, en una mente en desarrollo y con altos niveles de curiosidad y plasticidad neuronal.
Estas nuevas y potentes ‘tecnologías’, permiten una mayor y mejor comunicación, una y mayor mejor búsqueda de información y de datos, nuevas formas de interactuar, potentes sinergias en el mundo laboral. Permiten un nuevo desarrollo neurocognitivo distinto al de otros momentos históricos de la humanidad en los cerebros en desarrollo de nuestros menores.
Así, junto con las ‘nuevas tecnologías’ nuestros niños y adolescentes, que se encuentran con un patente cerebro en desarrollo y altamente neuro-plástico, al que le es ofertado, todo un rico mundo perceptual y con infinitas capacidades cognitivas. Llegados a este punto, no es de extrañar, que una actividad tan atractiva y con altos niveles de refuerzos genere el deseo y preferencia de los chavales en sus momentos de juego y ocio. Nunca debemos de perder de vista la importancia del juego en el desarrollo evolutivo de los mamíferos, de cualquier especie, más si cabe en el ser humano, donde trasciende al mero entrene de competencias necesarias para para la posterior vida del adulto.
Las nuevas tecnologías proporcionan por tanto un marco ideal para generar nuevas formas de aprender y aprender a aprender, son altamente atractivas para nuestros chicos y proporcionan un gran potencial que favorecerían una mayor integración en el aula y en la formación de nuestros niños y adolescentes.
En la actualidad se está produciendo todo un proceso de creación de materiales didácticos, en formatos digitales, qué duda cabe que las TICs cada vez más a estar más presentes en los contextos formativos- educativos, siendo ya una realidad incipiente y que posiblemente cambie mucho del paradigma de enseñanza - aprendizaje.
Existen ya ofertas de programas, que usando un formato digital, para la adquisición y entrene de nuestros chicos en actitudes, valores y mejora de competencias cognitivas, estimulación en competencias deficitarias y otros como por ejemplos programas que potencian la atención, la memoria, la rapidez perceptiva….
Ahora bien, como cualquier estimulo altamente atractivo al sistema perceptual humano y reforzante, se puede convertir en el otro lado de la moneda, generando adicciones y problemas muy relevantes en la conducta de nuestros chavales y que en más ocasiones de las que desearíamos, tiene nefastas consecuencias, ya que genera adicciones y en otras ocasiones conductas disruptivas vinculadas al uso y abuso de estas ‘nuevas tecnologías’.
Cada vez es más frecuente encontrar problemas emocionales, de conducta, interpersonales y otros que los clínicos tenemos que dar respuesta, en una población cada vez de más corta edad. Convirtiéndose en muchas ocasiones en un problema intimo - familiar de primer orden.
Las nuevas tecnologías, en su reverso o su cara más negra, son generadoras de las potenciales adicciones, lo más preocupante sin duda, es cada vez a más corta edad. Sin olvidar que en adultos hoy es un problema clínico muy relevante desde hace años: adicción a las redes sociales y de contactos, adicción al cibersexo, adicción al ciber - flirteo...
En el presente existen alarmas importantes tanto a nivel nacional como internacional, sobre las consecuencias tan nefastas que puede tener estas nuevas formas de interactuar con el mundo y con los otros. Queda el ejemplo de Corea que se han prohibido el acceso y apertura de muchos ciber – cafés, incluso clausurando muchos de estos lugares, para evitar la oleada de autoviolencia y interviolencia de los chavales que se pasaban horas enganchados a video juegos on line.
Los expertos a nivel nacional e internacional, cada vez más concienciados sobre esta realidad social disruptiva emergente, desde hace más de una década se está intentando determinar las variables que pueden estar vinculadas tanto personales, como ambientales y contextuales en el desarrollo de las adicciones a nuevas tecnologías y en busca de indicadores que puedan servirnos de alarmas a la hora de protegernos o proteger a nuestros hijos. No debemos olvidar los modelos por imitación que les estamos dando y que debemos de tomar como adultos también conciencia de este punto. La Teoría del Aprendizaje Social, deja bien claro la importancia de los modelos por imitación y del procesamiento de la información social para el aprendizaje.
¿Qué indicadores debemos de atender a la hora de valorar si tenemos o tienen nuestros hijos un problema el uso abusivo de las nuevas tecnologías?
Privarse de sueño (<5 horas) para estar conectado a la red, a la que se dedica tiempos de conexión anormalmente altos.
Descuidar otras actividades significativas importantes, como el contacto con otros amigos y familia, las relaciones sociales en general, perdida de actividades saludables como ejercicio y dieta.
Que el entorno significativo realice quejas o comentarios sobre la relación que tenemos con las ‘nuevas tecnologías’.
Pensar en la posibilidad de ‘conectarse’, con excesiva asiduidad.
Sentirse alterado o irascible si no se puede ‘conectar’.
Haber intentado controlar el tiempo de conexión pero sin éxito.
Perder la noción del tiempo, cuando se está conectado.
Mentir, sobre el tiempo real empleado en estar conectado o manipulando un video-juego.
Mostrar cambios de humor e irritabilidad que antes no mostraba.
Bajada del rendimiento en actividades regladas: estudios o trabajo.
Sentir una gran activación y euforia cuando se está conectado.