Marisol Linares. Vicesíndica del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas.
Este fin de semana un conocido periódico de tirada nacional publicaba unos sondeos comparativos con los resultados autonómicos de 2011 que apuntan a que el Partido Popular seguiría siendo el partido ganador de las elecciones autonómicas, pero que no gobernaría al no alcanzar el número de escaños suficiente para ello.
Creo que estos datos en absoluto se corresponden con la realidad sociológica de la Comunitat Valenciana. Los valencianos tienen sentido común, demostrando durante años, cuando han ido a depositar sus votos no sólo para elegir al President de la Generalitat, sino también cuando han ido a elegir a sus alcaldes, alcaldesas y a sus concejales.
Los datos están ahí, y el Partido Popular cada vez ha ido aumentando el número de votos, escaños y alcaldías a lo largo y ancho de nuestra Comunitat.
Pero realmente es el PSOE quien tiene que hacer una profunda reflexión, ya que la sociedad necesita una oposición fuerte, reivindicativa y responsable. Esto último, la falta de responsabilidad del PSOE en nuestra Comunitat y en toda España, está siendo un problema que está calando en toda la sociedad.
Su falta de claridad a la hora de pronunciarse frente a los nacionalismos, a las políticas estalinistas de expropiaciones o a pactar con grupos minoritarios radicales, está llevando a la deriva a un partido que tiene un vacío total de liderazgo y de políticas claras respecto a un ideario político.
Los tripartitos y bipartitos en España han sido hasta ahora gobiernos con balances negativos para los ciudadanos, sólo hace falta recordar el tripartito catalán o al bipartito gallego, sin contar al bipartito de Andalucía que está generando situaciones que rayan en el intento de convertir esta Comunidad Autónoma en una república bananera.
No se debe bajo ningún concepto saltarse los derechos que protege nuestra Constitución, ni para unos ni para otros, pues donde empieza el derecho de las personas a una vivienda digna también empieza el derecho a la propiedad privada.
Y es en esas situaciones donde los partidos políticos deben respetar, todos, las reglas del juego si queremos seguir siendo una democracia.
El Partido Popular, una vez más, al igual que ocurrió en el año 1996, ha tenido que entrar a arreglar todos los desaguisados que ha dejado el PSOE en nuestro país. Solo hace falta mirar las hemerotecas y las cifras: cinco millones de desempleados, 90.000 millones de déficit, las preferentes, los juzgados express para agilizar los desahucios, las voces socialistas pidiendo una España federal o pidiendo un referéndum para votar entre monarquía o república.
Los ciudadanos no quieren eso. Esperan y desean tener un gobierno fuerte, con ideas claras y que nos lleve a buen puerto. Por eso confío en la madurez democrática y el buen hacer de nuestro President Fabra para que los valencianos nos renueven su confianza.