Marisol Linares.
Está claro que después de la tormenta viene la calma, y así está sucediendo después del 24 de mayo, fecha en la que se produjo una tormenta electoral que sorprendió a toda España por la cantidad de partidos políticos que ahora salen a la palestra y que eran prácticamente unos desconocidos.
Pero esta calma es una calma relativa -diría yo- “Una calma Chicha”, porque los partidos de izquierdas están, aparentemente, en un clima de diálogo al mismo tiempo que trasladan a la ciudadanía que ha llegado el momento de hacer una nueva forma de hacer política.
En la Comunitat Valenciana, la realidad es que la disputa por la Presidencia de la Generalitat no se quiere transmitir. Aquí vemos de forma clara que el Juego de Tronos no es cualquier cosa.
Se habla de reparto de sillas; alcaldías, presidencias de diputaciones, de la Generalitat…pactos entre los partidos de izquierdas en los que la ciudadanía no debe quedar al margen, tiene que ser informada en tiempo y forma de cómo avanzan esas negociaciones porque, al fin y al cabo, los ciudadanos son quienes han votado. Y no han votado un cambio tal y como dicen los que ahora se unen para repartirse el poder que saldrá del pacto entre ‘Podemos’ con la “casta” del PSOE en algunos sitios, o como en nuestra Comunitat, de la alianza de ‘Podemos’ con Compromís y el PSPV.
Una situación que para nada se corresponde con la voluntad de los ciudadanos. Porque tras el 24M el mapa político de la Comunitat Valenciana y de la mayoría de España es azul, porque el Partido Popular ha sido el partido más votado en las urnas, sin embargo, tras la configuración de los gobiernos autonómicos y alcaldías, el mapa político cambiará de color gracias a los pactos alcanzados por los partidos de izquierda con el único objetivo de echar al PP de los gobiernos. No obstante, si el nuestro fuera como otros países europeos, la segunda vuelta sería la solución definitiva a la voluntad de los ciudadanos, pero la falta de una Ley Electoral deja a los partidos perdedores como el PSOE o a partidos minoritarios como Compromis, Ciudadanos o Podemos, la llave para imponer sus criterios que no se corresponde con el resultado en las urnas. Pues el que ha votado al Partido Socialista nada tiene que ver con el que ha votado a Compromis o Podemos. Únicamente la unión de todos ellos es para desbancar al Partido Popular sin tener en cuenta los votos de los ciudadanos. La reflexión pasa por preguntarse en qué situación estaríamos ahora si PP y PSOE hubieran pactado una modificación de la Ley Electoral.
La Ley Electoral, tal y como está en estos momentos, perjudica a los dos grandes partidos de España. Al PP, porque siendo el más votado no va a poder gobernar, y al PSOE porque con sus peores resultados podrá gobernar radicalizándose de la mano de los partidos minoritarios que tiene a su izquierda.
Curiosamente, un partido perdedor como es el PSPV puede alzarse con la Presidencia de la Generalitat pese a la falta de apoyo de los ciudadanos. El PSPV ha sido la segunda fuerza de la Comunitat Valenciana, pero ha perdido 10 diputados con respecto a 2011. El 24M, el PSPV cosechó los peores resultados de su historia pero ahora ya negocia con ‘Podemos’ y Compromis para desbancar a la lista más votada. En definitiva, los acuerdos y el juego de Tronos en todo el territorio nacional culminará en los próximos días, y los ciudadanos tendrán que analizar qué se ha hecho con el voto que depositaron el pasado 24 de mayo, ya que están llamados de nuevo a las urnas a finales de año, a unas elecciones generales claves en las que nos jugamos el progreso y el destino de nuestra nación llamada España.