Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Este mes de marzo se celebran fiestas tan importantes como las Fallas y la Magdalena, esta última es siempre en función de la Semana Santa, pero la fecha inamovible es siempre la del 8 de marzo, día de la Mujer. Es un día festivo de reivindicaciones y manifestaciones en la calle y es un día en que la mujer es la protagonista de todos los medios de comunicación, pero al día siguiente solo seremos noticia si como está siendo habitual, por desgracia, hay una muerte violenta de una mujer.
A los políticos se les llena la boca para llegar a un gran pacto de Estado contra la violencia machista, más leyes, más medidas para los agresores, etc, pero a la hora de la verdad éste es un problema de más calado y que se queda en el ámbito de la privacidad de dos personas, de ahí, la importancia de que los hechos salgan de la esfera privada para poder ayudar a la mujer que lo necesite, pero este problema más allá de palabras y pancartas un día al año, es un problema que se debe abordar desde la escuela con una educación en valores, igualdad y en el respeto mutuo entre niños y niñas. Yo creo que ahí está el verdadero trabajo a realizar por la sociedad para que las generaciones futuras destierren de su sociedad los asesinatos de mujeres, un hecho que nos avergüenzan como sociedad y que no contribuyen en nada a vivir en tolerancia y en paz.
Pero esta reflexión también pasa por partidos políticos que suelen ser muy beligerantes en estos temas y que cuando se trata de aunar esfuerzos prevalece la ideología política por encima de lo que es bueno para combatir esta lacra, y hablo de una realidad cuando en el año 2012 el Partido Popular después de haber estado durante un año trabajando en las Cortes Valencianas, en una comisión con todos los partidos políticos con representación en esta cámara, llevo al pleno una Ley contra la Violencia de la Mujer, cuyo articulado recogía todas las propuestas y sugerencias de los partidos que participaron en esa comisión.
La realidad fue que el día del pleno de las Cortes, el PP se quedó una vez más solo con su mayoría para aprobar una ley contra la violencia machista que no contó con el respaldo de los demás grupos, por el mero hecho de que la presentaba el PP, a pesar de haber sido consensuada previamente por una comisión de trabajo.
He ahí la cuestión, un gran pacto de estado sí, pero habrá que tener altura de miras para dejar de lado presiones de grupos minoritarios e ideologías partidistas para que realmente sea un pacto efectivo y relista.
Las mujeres tenemos que aspirar a que dejemos de celebrar el día 8 de marzo, pues ello supondrá que hemos logrado la igualdad real y que estamos en condiciones de comenzar una nueva andadura como personas que somos junto con los hombres para conformar una sociedad más justa.