Marisol Linares. Vicesíndica del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas.
Estamos en plena campaña electoral y a nadie le pasa desapercibida la vorágine informativa a la que estamos sometidos los ciudadanos.
Por un lado, llama poderosamente la atención las propuestas de algunos partidos que demuestran la falta de trayectoria política, como puede ser la de ‘Podemos’ que pretende suprimir la emisión de películas de Western americano o la de Ada Colau, que propone hacer una moneda para la ciudad de Barcelona.
Si reflexionamos, nos surgen dudas y nos llegamos a preguntar ¿en manos de qué partidos podemos acabar? ¿Gobernará el partido que decida la mayoría?.... Andalucía ha creado un precedente y por eso debemos votar con responsabilidad, con cabeza pero sin traicionar al corazón.
Estamos ante un cúmulo de partidos emergentes que han sabido calar en la sociedad descontenta y desafecta. Pero ojo!! Consiguen calar porque su trabajo es el fácil, el de la crítica destructiva a un gobierno, regalando los oídos a los ciudadanos contándoles aquello que éstos quieren oír. Lo que les ha llevado a cometer ciertos errores de bulto en el caso de ‘Ciudadanos’ (C’s) y ‘Podemos’, los dos partidos de moda del momento.
Si nos paramos a pensar en sus propuestas: el líder de C’s da lecciones de cómo ocupar una habitación; cuestiona la Alta Velocidad; no sabemos si acepta el valenciano como lengua oficial de la Comunitat Valenciana; su candidata a la Generalitat, Carolina Punset, no sitúa las comarcas de Castellón en el mapa… Y si hablamos de ‘Podemos’…. reniega de sus propios principios, ha hecho desaparecer de su programa la renta básica universal o la insumisión a pagar la deuda a la Troika. Se han dado cuenta que un partido no puede destruir lo que tanto ha costado construir y que las reglas de la Democracia que nos hemos dado entre todos son más fuertes que la demagogia. Concretamente, Pablo Iglesias en lo que se refiere a la Comunitat Valenciana no sabe ni contesta sobre el valenciano como lengua propia ni sobre el Corredor Mediterráneo que no incluyen en su programa a pesar de que el señor Montiel diga que sí.
A seis días de las elecciones, las encuestas reflejan una disparidad en intención de voto, lo que hace pensar al ciudadano, de un lado y de otro, que no todo está perdido. Sin embargo, lo que sí se ve claro, es que los grandes partidos pierden votos en favor de los nuevos, ‘Ciudadanos’ y ‘Podemos’. El primero, como ya hemos dicho, está cometiendo errores programáticos propios de un desconocimiento de la realidad social por eso algunas de sus propuestas rayan el ridículo.
Y, el ‘todopoderoso’ y ‘salvador de la patria’ ‘Podemos’ ha arrinconado su espíritu del 15-M a cambio de una moderación verbal y táctica q le pueda hacer más creíble entre las personas q tienen criterio político, en definitiva, como todos, se ha convertido en ‘casta’ al anteponer la utilidad del voto a sus principios programáticos. La causa principal del abandono del Sr. Monedero, su ideólogo, disconforme con la deriva que ha tomado el partido.
¿Al final que queda? Se preguntan los ciudadanos. En la Comunitat Valenciana queda el PSPV-PSOE que quiere recuperar el espacio que perdió hace 20 años y el PP que lleva todo este tiempo repartiendo desarrollo y bienestar por toda la Comunitat.
Una tierra que arrastra como todo el país la lacra del paro pero que ha trabajado fuerte, adaptándose a las condiciones que exigía el momento, manteniendo los servicios públicos y las infraestructuras y construyendo empleo de forma progresiva. Por eso el Gobierno valenciano debe seguir por la senda de la recuperación y eso sólo es posible con un gobierno del PP que trabaja por y para las personas.
Así que, los ciudadanos y ese más del 20% de indecisos que se debaten entre lo bueno y lo conocido estoy segura que decantarán su voto por el PP. Porque al final los ciudadanos quieren un voto útil y responsable para que sus hijos y sus nietos vivan en una sociedad sin convulsiones y sin experimentos. Como en toda familia, nuestros militantes no nos fallarán.