María Dolores Devís (MAYDO). Estilista de moda, asesora de imagen y personal shopper.
Al margen de la comunicación verbal, en una entrevista de trabajo entran otros factores, también muy importantes. Lo que transmitimos con diferentes actitudes de nuestro cuerpo y posiciones es algo de lo que no nos damos cuenta, pero tiene muchísima importancia.
Voy a intentar dar unos consejos para que cuando nos surjan este tipo de entrevistas, muy habituales en los tiempos que corren, sepamos estar a la altura de las circunstancias y salgamos de estas aireadas situaciones.
DAR LA MANO - Hay que hacerlo con firmeza y con la presión justa, lo mismo al inicio como al final de la entrevista. Nunca como si la mano estuviese muerta.
LA MIRADA - Hay que mantener el contacto visual permanentemente con el entrevistador y no quitarle la vista, pues puede ser interpretado como que no tienes interés o que tienes demasiada timidez para el trabajo que vas a desempeñar.
LA POSTURA - Hay que sentarse cómodamente en la silla, adelantándose un poco. No declinarse hacia atrás ni demasiado hacia adelante.
LOS GESTOS - Las manos hay que usarlas con naturalidad, no cubrir la boca al hablar, no juegue con los bolígrafos u objetos cercanos, controle los tics, etc.
LOS BRAZOS- No cruzar los brazos delante del pecho, pues significa distanciamiento. Actuar con naturalidad.
SONRÍA - Aunque haya pasado un mal día, sonría. Debe ser usted mismo, una persona agradable y optimista. Pero la sonrisa que no sea en exceso, pues esto puede invertir las sensaciones hacia el entrevistador.
Estos son algunos ejemplos de lo que se debe hacer en una entrevista de trabajo, además de tener una buena comunicación, un buen lenguaje y una correcta indumentaria acorde al puesto que se solicita y al lugar y época del año en que nos encontremos.