María Dolores Devís (MAYDO). Estilista de moda, asesora de imagen y personal shopper.
Cuando una mujer se queda embarazada su cuerpo empieza poco a poco a vivir diversos cambios paulatinos, que acaban en una barriga más grande y quizás en unos pocos kilos de más.
Cuando se trata de vestirse durante el embarazo, la comodidad y la elegancia son clave. Pero lo que te puede parecer adecuado a las 9 semanas, deja a veces de serlo a las 14. Y las prendas que favorecen tus curvas durante el segundo trimestre pueden resultar demasiado atrevidas hacia el final del embarazo.
Vamos a dar algunas pautas para que esos meses de gloria te sean más llevaderos y te sientas mejor contigo misma. Unos pequeños detalles van hacer que tu figura no sea deteriorada visualmente.
Al principio intentar ocultar tu embarazo puede ser tarea fácil si usas la estrategia de ponerte prendas que queden sueltas por encima de la barriga, las caderas o los muslos.
Viste géneros de punto suaves, blusas fruncidas bajo el pecho, faldas cruzadas y vestidos.
Otra opción es comprar una faja elástica para ayudar a aguantar tu barriga o comprar una faja para el abdomen, que puedes colocar encima de la cintura o cremallera que ya no cierra, y cubrir con una camisa larga.
¿Sientes como si ganaras una talla cada dos semanas, pero no quieres gastar tu presupuesto en ropa nueva de premamá cada mes?
Invierte en algunas prendas que puedan ir adaptándose a los cambios de tu cuerpo. Busca prendas que tengan detalles como drapeados o piezas envolventes, botones y cinturillas laterales o traseras que te permitan graduar la amplitud, a medida que ganas volumen.
Llega también el momento donde tus senos aumentan mucho de tamaño. Si aún no lo has hecho, éste es el momento de invertir en sujetadores de calidad. Aunque te sientas tentada a comprar tu modelo favorito o unas tallas más grandes, quizá quieras considerar la comodidad y la sujeción que te ofrecen los sujetadores de maternidad y lactancia.
Además necesitas algunas prendas funcionales que puedas usar tanto para ir a trabajar como para el fin de semana, sin que te resulten incómodas.
Usa vestidos cruzados o envolventes, estilo capa. Busca colores lisos formales o un estampado geométrico y deja que la prenda abrace tus curvas. Este estilo es lo suficientemente formal para ir a trabajar, y a la vez te resultará muy cómodo. A medida que tu vientre crece, cambia el lazo de posición hasta que termines colocándolo debajo de tu busto, estilo imperio, para dar la definición que necesita tu barriguita.
Usar leggins, jeans o pantalones muy ajustados puede favorecer la aparición de várices y estrías. Evita usar este tipo de prendas durante el embarazo.
¿Has probado ya todos los aspectos monocromáticos (negros, grises, etc.) porque te favorecen y son prácticos, pero quieres darle un toque de fantasía a tu aspecto?
Combina tus accesorios acorde con el volumen de tu barriga. A medida que ésta crece, elige unos complementos enormes y llamativos, o pañuelos de colores vivos y con estampados vistosos.
Da un toque nuevo a tu vestuario mediante algo que podrás seguir llevando después del parto y que puede darle un nuevo toque a tu ropa actual.
Sobre el tema del calzado, debes de cuidar tus pies: estás aumentando de peso y el centro de gravedad de tu cuerpo cambia, por lo que tus pies deben caminar con más peso y con los apoyos ligeramente cambiados. Busca acabados llamativos, como un print animal o un color muy vivo para alegrar tu vestuario. Y recuerda que es mejor elegir zapatos con algo de punta, en lugar de redondos, para estilizar tus piernas. Camina descalza siempre que puedas y utiliza zapatos o zapatillas cómodas. Si puede ser, prescinde de los tacones (por comodidad).
Siguiendo estas pequeñas reglas básicas y una adecuada alimentación, llegaremos al final del embarazo con los mejores deseos para nuestro bebé y con el menor sufrimiento por nuestra parte.
Durante el mismo encontraremos momentos para todo, pero vamos a intentar llevarlo de la menor manera posible, y si además vamos vestidas con elegancia y bienestar, pues mucho mejor.