Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Uno de los numerosos defectos que trae consigo la LOMCE, dentro del deterioro general de las Humanidades que conlleva, y que tal vez ha permanecido más oculto, es el recorte del horario destinado al Latín y la todavía mayor marginación del Griego. Inciden pues en el camino que inició la LOGSE y elevan la apuesta negativa. Y no es ni baladí ni casual.
El Griego y el Latín son asignaturas que no sólo ayudan a estructurar el lenguaje y la gramática de cualquier lengua; son áreas, llamadas por muchos “las matemáticas de la lenguas”, que resultan fundamentales en fomentar la lógica a la hora de analizar y de entender lo que se lee, y de fomentar el registro científico y culto de la lengua. Así, por un lado, el Latín y el Griego requieren un estudio profundo de la lógica lingüística, y ello tiene como consecuencia la disciplina mental que se desarrolla y el elevado nivel de organización cerebral que se obtiene. Se facilita, con ello, la capacidad de razonar y de expresar el propio pensamiento, y además esa disciplina mental permanece en el tiempo, aunque todos los conocimientos concretos se olviden. Y por otro, el estudio de las lenguas clásicas, con un fuerte contenido gramatical, facilita la profundización en el estudio de otras lenguas. Y, si se trata de idiomas que mantienen la declinación (como el alemán), hace más sencillo su aprendizaje. Y hoy ese aprendizaje parece más necesario que nunca, ¿verdad?
Pues bien, ese engendro perpetrado por Wert, esa LOMCE elitista y caduca, no sólo ataca las enseñanzas artísticas, ataca a las Humanidades, al Latín, al Griego, a todo lo que huela a pensar. Y no se trata sólo de que un país que quiera ser competitivo necesita tener unos ciudadanos que entiendan lo mejor posible lo que leen; es que el conocimiento humanístico ayuda a tener unos ciudadanos más libres y responsables. De ahí la necesidad del Latín, una lengua que, recordémoslo, era la lengua franca de las Universidades de Europa no hace demasiado tiempo, una lengua sobre la que se ha construido Europa. De ahí la necesidad del Griego, una lengua sobre la que se ha construido lo más granado de nuestra Cultura. Y hoy más que nunca parece necesario recordar cómo se construyó Europa y nuestras raíces comunes, lo que nos une como ciudadanos de Europa y que es necesario defender para ser más libres.
Y es que además como recuerda Edward O Wilson, biólogo ganador de dos premios Pulitzer, en ‘The Meaning of Human Existence’; “son las Humanidades las que nos hacen humanos”.