Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
La Zona Sur de Benicàssim ha sido tradicionalmente, legislatura tras legislatura, la gran olvidada por las distintas corporaciones municipales que han gobernado esta localidad. Las infraestructuras, servicios y atención municipal han brillado y brillan por su ausencia.
Si la desidia es la norma común con la Zona Sur de Benicàssim, por el contrario, en lo que ha sido sumamente diligente este equipo de gobierno, en lo que ha demostrado un gran interés, es en el asunto de la piscina municipal, un asunto bochornoso se mire por donde se mire. La secuencia de acontecimientos es la que sigue. En primer lugar, Renos, la empresa que explotaba la piscina municipal de Benicàssim, decidió cerrar unilateralmente y por las bravas la piscina. El equipo de gobierno municipal tuvo que “rescatar” la misma abonando 1.200.000 euros.
El problema viene a continuación; el PP de Benicàssim y ARB, en lugar de estudiar un plan de viabilidad, un plan que incluyera la posible explotación directa de la piscina, tal y como ocurre en Castellón y Vila-Real, han decidido sacar a concurso la explotación de la misma. Y lo han hecho estableciendo que “se compensará” a la empresa concesionaria con nada más y nada menos que 270.000 euros al año, una cifra muy superior a la anterior, ¡durante un periodo de 20 años! Además, la empresa concesionaria podrá explotar y subarrendar el gimnasio y la cafetería de la piscina. ¿Todo esto significará que la piscina será prácticamente gratis para los vecinos de Benicàssim? Pues de eso nada. De hecho, los precios que rondarán los cuatro euros por sesión, serán muy superiores, incluidos los bonos, a los que pagan los usuarios de las piscinas municipales de Castellón.
Es decir, recapitulando, se va a invertir más de un 1 % del presupuesto municipal, 270.000 euros al año durante 20 años, no en zonas que lo necesitan, como la zona sur de Benicàssim. Se va a invertir en algo que suena tristemente a lo que se conoce como capitalismo de amiguetes. Vergonzoso.