Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
En la antigua Roma, de vez en cuando el Senado concedía a los cónsules victoriosos en grandes campañas militares la posibilidad de celebrar un Triunfo. En él, los generales podían entrar al frente de sus tropas armadas en la ciudad. Y los cónsules, en una cuadriga, vestidos a semejanza de Júpiter, veían como alguien detrás suyo les iba susurrando continuamente al oído “Memento Mori”, “Recuerda que eres mortal”, es decir, les recordaba las limitaciones de la naturaleza humana con el fin de impedir que incurriesen en la soberbia y la prepotencia.
Pues bien, el nuevo Gobierno valenciano salido de las urnas, haría muy bien en contar con personas que, lejos de la adulación que suele rodear a los poderosos, les recuerde constantemente que deben ser humildes, que huyan de la altanería, que recuerden que su máxima de Gobierno, que aquello para lo que han sido elegidos, es “ser fuertes con los fuertes”. Nada más. Y nada menos.
Y es que conviene incidir en que si algo ha causado la perdición del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, si algo ha provocado su brutal hundimiento, es la soberbia, la prepotencia, la chulería insultante y la sensación de impunidad con la que han actuado. Incluso la corrupción brutal que ha asolado a esta Comunidad y al PP valenciano cabe enmarcarla en esas constantes de gobierno, en esas constantes diría yo vitales en las que pensaban que con el control de la mayor parte de los medios podían no sólo hacer lo que les diese la gana; podían incluso humillar a los ciudadanos.
Ejemplos podríamos dar muchos. Y no el menor podría ser la burla con la que el señor Rus hablaba de sus propios votantes. Sin embargo, me quedo con dos casos significativos. El primero sería el nombramiento de Sánchez Zaplana, la consellera autora del brutal y desalmado copago a los dependientes, como candidata a la Alcaldía de Alicante. Y el segundo, la actuación general de la señora Català, actuación que ha tenido su colofón en su imposición, ya perdidas las elecciones, de varias medidas que el nuevo Gobierno ya ha declarado que rectificará. ¿Cabe mayor prepotencia? Sin duda, al parecer no han entendido el mensaje. Pero pronto lo entenderán. Y verán el frío que hace fuera del Poder, cuando ya nada puede disimular su incompetencia y su nulidad. Como dijo aquel, “Vae Victis”.