Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
En el salón de la electrónica de las Vegas, Mercedes Benz ha presentado un modelo que, según la empresa alemana, se conducirá solo en el año 2030. De hecho, están trabajando en modelos que permitirán que los coches se conduzcan con piloto automático por las autopistas en el año 2020. Esta es la realidad de Alemania.
¿Y cómo será la realidad de España en el 2030? Pues si nos atenemos a la situación actual, a las estructuras dominantes, en el 2030 estaremos en otra de nuestras perennes crisis, pero eso sí, el Real Madrid o el FC Barcelona, presididos por el constructor o el banquero de turno, optarán con posibilidades a la Champions League. Sin pan pero con circenses.
En definitiva, nuestro modelo productivo es el que es, y nuestra elite empresarial, con alguna excepción honrosa, es la que es. De esta manera, conviene recordar que si Alemania invierte un 2,94 % de su PIB en I+D y Francia un 2,23 %, España apenas invierte un 1,24 % de nuestro Producto Interior Bruto en Investigación y Desarrollo. Estamos, de hecho, por detrás incluso de Portugal y muy alejados de la media de la UE, que se sitúa en un 2,02 % del PIB.
En estas cifras, lamentables en todos los sentidos, tienen una enorme responsabilidad las políticas seguidas desde el 2010 y en especial las llevadas a cabo por los gobiernos del señor Rajoy. Pero también tienen un gran y patético papel nuestras penosas élites empresariales. Así, entre las 1.000 empresas de la UE que más invierten en I+D sólo 21 son españolas. El ranking lo encabezan, no podía ser menos, las empresas de Alemania. Y mientras, las empresas españolas, han disminuido en el 2013 su partida destinada la I+D en 500 millones de euros.
La apuesta de nuestras élites extractivas está clara. De hecho siempre lo ha estado y siempre ha sido la misma. Y sin embargo, no estamos condenados ni nuestro futuro es inexorable. Podemos cambiarlo. Así, como recuerda Juan Mulet, director de Cotec, la fundación para la innovación tecnológica, “España es la décima potencia en creación científica, algo que se mide mediante las publicaciones que realizan los científicos españoles”. Y si el modelo es el que es, y como afirma Mulet “hacemos mucha ciencia pero poca tecnología pues no hay clientes, empresas que la demanden”, será cuestión de cambiar de modelo. No hay otra. O eso o la Champions League con subdesarrollo.
