Miguel Barrachina. Economista y vicepresidente del área económica de la Diputación de Castellón.
Esta semana Eurostat ha certificado que España encabeza la reducción del desempleo de la Unión Europea del último año al aportar 315.000 parados menos hasta febrero de los 619.000 que ha bajado en el conjunto de los 28 países miembros. Hemos pasado en dos años de ocupar el lugar 28 a ser primeros, y queda mucho por recorrer.
Un día mas tarde se conocía el dato de empleo de marzo que indica que en solo un mes hay 84.000 nuevos cotizantes a la Seguridad Social en España y que Castellón tiene casi mil más que hace un año.
Que ya hemos iniciado el camino en la buena dirección lo acreditan además de la mejoría en los datos de empleo, las exportaciones, la mayor recaudación, el crecimiento del turismo, la creación de empresas, la subida de la bolsa o la caída de la prima de riesgo y permiten concluir que las medidas económicas adoptadas y los sacrificios realizados por los ciudadanos ya están dando sus primeros frutos.
Por eso en estas elecciones europeas no debemos dar ni un paso atrás, no podemos tirar por la borda el sacrificio hecho.
El mensaje de los castellonenses y del resto de españoles debe servir de aliento al actual gobierno para que siga con su agenda reformista y que se alejen definitivamente las sombras que acompañan a la izquierda de desempleo, ineficacia -2.300 millones perdidos en el almacén Castor y dos desaladoras-, desbarajuste del sector financiero y agujeros en las arcas públicas.
Además de elegir a 751 eurodiputados junto a las 28 naciones de la UE para los próximos 5 años hemos de elegir también salir de la crisis definitivamente, optando por las políticas que crean empleo en lugar de retroceder al tiempo en el que se destruyeron tres millones y medio de empleos.
Cada día ganamos en credibilidad y respeto internacional, recuperando la confianza perdida, hemos hecho lo más difícil; evitar el rescate y salvar la Sociedad del Bienestar.
Para seguir con esta senda positiva en nuestro país, es conveniente que las instituciones europeas vayan en la misma dirección que el gobierno de España y es la historia la que nos demuestra que solo cuando en la Unión Europea gobiernan partidos de centro derecha los países progresan.
Además allí se deciden las políticas monetarias, agrarias, ambientales. Y cuestiones como la excarcelación de terroristas o la prohibición de nuestro Parany, evidencian que quedarse en casa sería un error.
El Parlamento Europeo es la única institución democrática elegida por los ciudadanos y por tanto nuestra única oportunidad de influir directamente en la Unión, después solo quedará el lamento. Nos jugamos mucho mas de lo que parece.