Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Seguramente quienes lean el titulo de mi columna, la tildaran de alarmista y argumentarán que le educación cívica española y la sociedad actual tiene muy poco que ver con la España de hace ochenta años.
Pero en mi opinión es muy preferible prevenir a curar por lo cual tengo que analizar los hechos que se produjeron hace mas de tres cuartos de siglo, para que no se repitan y si llegarán a repetirse que al menos las jóvenes que desconocen esa parte de nuestra historia, nunca puedan decir que nadie previno de ese peligro.
En aquella ocasión también la CEDA, como ahora el PP había sido el partido más votado y sin embargo unos pactos muy forzados de una izquierda tan heterogénea como la de ahora, impidió que pudiera gobernar.
A mi la situación actual en el poder autonómico y municipal me preocupa mucho menos que lo que pueda ocurrir a finales de año en las Elecciones Generales.
Pero mucho me temo que ahora podemos asistir a un ensayo general de lo que podría desarrollarse a primeros del año que viene, de no estar tanto la derecha como la izquierda ojo avizor con lo que se pacta y con quien se pacta.
Al igual que entonces el Partido Socialista se presenta aparentemente radicalizado por quien ostenta en estos momentos el poder.
Un Pedro Sánchez que es una versión corregida y empeorada de Zapatero, para desgracia del PSOE y de ESPAÑA.
Exactamente se corresponde al Largo Caballero que dejó en el ostracismo del Partido Socialista a un Julián Besteiro mucho mas preparado e inteligente, que ya entonces se negaba a pactar con los comunistas y anarquistas, porque intuía que una vez metidos todos en el mismo saco, el socialismo acabaría derrotado y arrinconado como así sucedió quedando un Estado ingobernable, sin autoridad moral ni política, en el que los crímenes de Estado como el asesinato del congresista José Calvo Sotelo, acabo por encender la mecha de una Guerra Civil.
Los comunistas de entonces entre los que figuraba un Santiago Carrillo procedente de las Juventudes Socialistas más radicales, los anarquistas de la FAI enemigos viscerales de cualquier tipo de Estado, el POUM en Cataluña y mil grupúsculos descontrolados iniciaron la caza de brujas, que fue inmediatamente contrarrestada en la otra media España por falangistas, paramilitares, requetés y grupos de la derecha radical también que encendieron la hoguera de los odios en España llevándonos a una guerra fratricida que los jóvenes de hoy ni conocen en sus orígenes ni siquiera vivieron sus consecuencias ni conocieron los testimonios directos de sus familiares como la gente de mi generación, que ha procurado obviarla y olvidar ese odio entre hermanos.
No pretendo culpar a las ideologías de entonces ni a las de ahora.
Pretendo prevenir a la opinión pública de la confrontación irracional en base a los criterios de derechas o izquierdas.
Yo siempre estaré con cualquiera de ellos que luche a brazo partido contra la corrupción, el desorden, la violencia y la desmembración de lo que hoy es España.
Está mas que demostrado que los mayores focos de corrupción en los últimos años corresponden a la derecha, porque es la que ha detentado más poder y en mas sitios.
Pero no está menos claro que donde y cuando ha sido la izquierda la que ha gobernado, los escándalos de corrupción también han sido palpables y evidentes.
Nunca he creído en Cinturones Sanitarios para aislar a ningún partido que acatase la Constitución Española y estuviera dispuesto a respetarla dentro de los cauces legales establecidos.
Y no es solo una opinión de la derecha, sino de la izquierda menos radicalizada encarnada en personalidades tan reconocidas entre el socialismo como Felipe González, y últimamente la misma Susana Díaz, que no ha tenido el menor reparo en manifestarse en ese sentido.
Los siete meses que van a mediar entre ahora y las Elecciones Generales van a ser inciertos, ya que tan posible es que a niveles Municipales y Autonómicos se empiecen a gestar esos ensayos generales de frentepopulismo que tanto temo, como que los partidos emergentes quieran mantenerse al margen y comprobar su peso específico real dentro de medio año, para dar entonces el paso definitivo.
Pero entre tanto las Instituciones del Estado, no pueden quedarse bloqueadas, y resultará muy difícil poder gobernar en minorías mayoritarias, que es lo que podría ocurrir a las listas mas votadas, sean del color que sean.
Huyendo de un bipartidismo corrupto, hemos caído en un pluripartidismo de difícil gobernabilidad.
¿Cómo solucionar esa situación tan complicada como preocupante?
Simplemente usando el sentido común y pensando todos y cada uno de los políticos a los que les corresponda la labor de Gobierno, que van a disponer de una manera transitoria durante mas o menos medio año para marcar las pautas de los Gobiernos Municipales y Autonómicos, contando con todos los grupos en cada una de las Instituciones y una vez pasen las elecciones generales si los resultados han sido tan positivos como yo intuyo y deseo, poder llevar a cabo una política semejante en todas las instituciones, trabajando unos y dejando trabajar los otros, olvidándose de rencillas personales o partidistas y pensando únicamente en el bien de España y de los españoles en general.
Eso y acabar con los corruptos, es lo único que necesita España, para ser una referencia en Europa y en el mundo occidental.
