Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Esta es una más de las estupideces que se llevaron a cabo durante los Gobiernos de Zapatero y en este caso la barbaridad fue aun mas increíble, porque se llevo a cabo por obra y gracia de Cristina Narbona ya que fue la Ministro de Medio Ambiente que diseñó el Plan Agua.
Este ejemplar único del contrasentido, había sido como secretaria de Estado de Medio Ambiente del ministro José Borrel y en el último Gobierno de Felipe González, la autora del Plan Hidrológico Nacional, que se terminó de perfilar durante los Gobiernos de Aznar.
Para acabar con la cuadratura de este círculo del absurdo, al volver al Gobierno Socialista ocho años después y con Zapatero al frente, la señora Narbona ya como Ministro esta vez, deroga su propio Plan Hidrológico Nacional para contentar al Gobierno de la Generalidad Catalana, en sus deseos de controlar todo los recursos hídricos del río Ebro, hasta la desembocadura, evitando de ese modo el Trasvase del Ebro tan necesario para la agricultura valenciana.
Es decir que había convertido un bien de interés nacional (las aguas del Ebro) en un coto privado al servicio del Gobierno catalán, sin el menor recato, deshaciendo lo que ella misma había construido.
Lo que en valenciano de toda la vida, se solía llamar “faena de matalafer, desfer pa tornar a fer, sense trellat”.
Ahora después de mas de diez años de aquellas incoherentes decisiones, tomadas sin hacer los estudios económicos pertinentes, para ver que el precio del metro cúbico del agua de las desalinizadoras multiplicaba por mucho el precio normal de mercado, nos encontramos en nuestra Comunidad Valenciana con las centrales Oropesa, Moncófar, Sagunto, Muchamiel y Torrevieja, cuyo costo ha sido multimillonario, sin la menor utilidad y con la necesidad de ser cerradas y devolver muchos millones de euros a la Unión Europea, por sus aportaciones a estos proyectos fallidos.
Se intentó desde el Gobierno de Zapatero presionar a los municipios con proyectos urbanísticos, para que firmaran convenios con las empresas públicas que gestionaban esas centrales, diciéndoles que no podrían aprobarse esos proyectos, sin garantizar el caudal de agua potable suficiente para atender las necesidades perentorias de esas urbanizaciones y así se consiguieron algunas adhesiones, a fin de poder llevar a efecto los desarrollos proyectados, pero en ningún caso se ha llegado a determinar el precio fijo del agua desalinizada, que en principio se especulaba que podría llegar a un euro el metro cúbico y ahora ellos mismos dicen poder reducirla en una cuarta parte, pero aun así el precio de mercado para usos agrícolas del agua no supera los 20 céntimos de euro, por lo que es inviable que nadie en agricultura acepte pagar entre tres y cuatro veces el precio de mercado.
Esa y no otra, es la razón por las que todas o casi todas esas Centrales, van a cerrarse sin haberse inaugurado e incluso alguna de ellas ya inaugurada pero sin viabilidad financiera a corto y medio plazo.
Cuando hace mas o menos diez años escribí sobre el tema, criticando al Ministerio de Medio Ambiente y a su cabeza visible Cristina Narbona, tuve que soportar muchos improperios de algunos ‘socialistas de cabestro’ empeñados en demostrar que las desalinizadoras eran imprescindibles y mucho mas económicas que el Transvase del Ebro, que estaba prácticamente acabado, salvo unos pocos kilómetros.
Yo conocía el costo de la desalinización del agua marina, porque en el Golfo Arábigo hay bastantes ya que allí son poco menos que imprescindibles y pese a tener una amortización garantizada por ser mucho el consumo humano para todo el mundo, además de utilizarse para haber convertido en un vergel grandes zonas del desierto aquel, el precio era elevadísimo.
Una vez más, se demuestra que o había intereses económicos muy importantes en la construcción y mantenimiento de las centrales, o quienes decidieron y gestionaron el Plan Agua, no tenían la menor idea de lo que hacían, ni estaban preparados para asumir esas responsabilidades.
Podrán argumentarme, que esperaban una ‘explosión turística’ alrededor de los PAI que se estaban proyectando, pero ni aún así, es justificable el enorme despilfarro, para tener que cerrarlas ahora sin haber depurado apenas agua del mar.
Otra razón más para desconfiar de la capacidad de gestión del PSOE, y sobre todo de la mala gestión del PSPV para defender los intereses de los valencianos, frente al egoísmo de los nacionalistas catalanes (entonces Gobernaba en la Generalidad Catalana el PSC coaligado con nacionalistas e independentistas, que acabaron contaminándoles.