Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Una de las pruebas mas evidentes de la desprotección en que nos encontramos los españoles ante el abuso de algunas multinacionales y con la connivencia o permisividad del Estado, le encontramos ahora a ojos vista.
Me refiero al precio de los carburantes.
Durante años y hasta el primer trimestre del 2013, el incremento galopante de los precios del petróleo, los sufríamos en términos inmediatos y como mucho de 15 días, cuando íbamos a reponer a las gasolineras y llegamos pagar el litro de gas oíl (es el carburante que suelo consumir) a un precio de 1,43 euros por litro en Marzo del año 2013, cundo el precio oficial de la materia prima Brent en origen se sitúo alrededor de120 dólares el barril.
Desde hace poco menos de dos años, los precios en origen más debido a la imperiosa necesidad de los países productores que dependen de sus ventas para mantener el equilibrio de sus Presupuestos Nacionales, que a la misma crisis en si, ha tenido como consecuencia que la curva de precios haya marcado un itinerario descendente.
Desde Junio de este año, que tuvo una pequeña recuperación, no ha dejado de caer en picado, y los precios en origen a final de la semana próxima pasada (la primera de Diciembre de 2014) ha quedado fijado en menos de 68 dólares el barril Brent.
En buena lógica, del mismo modo que cuando suben los precios de la materia prima, se repercuten en los precios de venta, desde Junio tendríamos que estar pagando el litro de gas oil, por debajo del euro por litro, y sin embargo la semana pasada lo seguíamos pagando en las gasolineras habituales a un precio por encima de 1,30 euros, en todas las gasolineras abanderadas por las firmas más importantes, ya sean Cepsa, Repsol, Campsa, BP o cualquiera de las mas importantes.
Si al subir los precios, pasamos de pagar el gas oil desde 0,40 más o menos a 1,40 euros el litro, al reducirse el precio en origen a poco mas de la mitad, parece un abuso habernos reducido el precio de venta en tan solo 0,10 céntimos de euro y es mas una burla que un ejercicio de justicia de mercado.
¿Para que sirvió la Ley Antimonopolios u Oligopolios?
¿Quién defiende los intereses de los consumidores?
¿Quién se preocupa de vigilar los precios en sus puntos de venta, en función de sus precios de compra?
Imagino que la voracidad recaudatoria del Estado, tiene bastante que ver en ese tema, ya que a mayor precio de venta del producto final, mayor recaudación para las arcas del Estado también, aunque para ello se tengan que pasar las leyes que ellos mismos promulgaron, por el arco del triunfo.
A fin de cuentas muy probablemente los Ministros que puedan afectar a estas decisiones, como las de los precios de la energía eléctrica en sus diferentes formas de generación, siempre encontraran al final de su ejercicio un cargo como Asesor o como miembros de sus Consejos de Administración, opíparamente remunerados.
Y entre tanto a pagarlo todos los españoles, que bien poco les importamos, tanto a las multinacionales como a quienes tenían que controlarlas.
Se me ocurre pensar, si no nos defiende el Gobierno ¿cómo debemos de actuar nosotros en defensa de nuestros intereses?
En primer lugar tengo entendido y observado, que hay bastantes gasolineras y puntos de venta legales, privados y sin abanderar, que como están fuera de los acuerdos de las grandes cadenas de distribución antes mencionadas, suelen ofrecer en Grandes Centros Comerciales o puntos estratégicamente situados precios sensiblemente más baratos que los de las abanderadas.
Pues bien, sin duda les crearíamos un problema importante a los componentes de ese Oligopolio, si durante unos meses en principio (y los que hiciera falta más adelante) muchos españoles nos obligáramos a ir a repostar en esas gasolineras privadas, con precios que todavía tienen unos márgenes importantes, pero no tan abusivos como los que estamos pagando por inmoralidad y falta de respeto a las Leyes por parte de las firmas de bandera, y por insensibilidad de un Gobierno voraz, que no se preocupa de hacer respetar los derechos del consumidor.
Seguramente si lo hiciéramos así, y nos olvidáramos de la incomodidad de prescindir de nuestras tarjetas de crédito o débito de bandera (que casi todo el mundo tiene de esas empresas) y acudiéramos a gasolineras privadas sin abanderar, en el curso de unos meses no tendrían mas remedio que bajar sus precios, o cerrar las gasolineras.
Es sólo una sugerencia que me ha surgido a bote pronto, al ver el abuso que llevan a cabo los Oligopolios en España, con el beneplácito gubernamental (mande quien mande) que cada año les pone unas multas irrisorias a algunas de esas empresas, que las pagan sin rechistar, porque saben que lo que nos están robando a todos los consumidores españoles multiplica por mucho, el importe de esas multas, y todavía no he visto que ninguna de esas empresas se tuviera que declarar en bancarrota por el importe de una multa por ese motivo.
Quizás si se hiciera así, también las distribuidoras energía eléctrica reaccionarían, y pondrían sus barbas a remojar, al ver afeitadas las de sus semejantes en energías minerales.
Buen fin de semana, y ahí les dejo un motivo más de reflexión, por si se deciden a aplicarlo.