Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Al parecer, si hay dos ideas que se muestran incompatibles a lo largo de la Historia son sin el menor género de dudas los conceptos de España y de República
Y sin embargo el 14 de Abril de cada año, surgen manifestaciones espontáneas a lo largo de nuestra geografía nacional, celebrando la fecha de la proclamación de Segunda República.
Me resulta a la vez sorprendente y sospechoso, que se quiera celebrar como algo ejemplar, un acontecimiento que debería de avergonzar a quienes la proclamaron después de haber perdido las elecciones, que trajeron consigo la salida precipitada del Rey Alfonso XIII hacia el exilio sin terminar de escrutarse los resultados y cuando tan sólo se habían contabilizado los votos de las grandes ciudades y faltaban por aparecer los resultados de las zonas rurales, que acabaron dando la mayoría en España a los partidos monárquicos.
Y es que la España rural en aquella primera mitad del Siglo XX, era mucho más conservadora que la cosmopolita, sobre todo porque conservaba en la memoria mucho mejor los sufrimientos y penurias que tuvieron que sufrir con el advenimiento de la Primera República a finales del siglo anterior.
Pero entonces (imagino que como ahora) el poder mediático dominante que era la prensa escrita, estaba en manos de ‘progres capitalistas el servicio de la izquierda republicana’ que al igual que ocurre ahora jugaban a dos bandas, encendían una vela a Dios y otra al Diablo y así, ganara quien ganara siempre ganaban ellos.
Vamos exactamente igual que ahora.
Pero para poder entender el fracaso actual del concepto República en la sociedad valenciana, basta ver que a la llamada hecha por el Alcalde de Valencia (un catalán de Compromís, partido pan catalanista confeso) acudieron a la Plaza del Ayuntamiento apenas cien personas en una urbe de 800.000 habitantes, es decir un 0,0125 % de los valencianos.
El rotundo fracaso de dicha manifestación, puede obedecer tanto a la falta de poder de convocatoria de un personaje como Ribó, como a la desconfianza del concepto republicano como forma de Gobierno entre los españoles, después de los sucesivos fracasos de las dos intentonas republicanas en medio siglo, que nos hundieron en la miseria, nos llevaron a una guerra fratricida y no fueron capaces de solucionar ni uno solo de los problemas que afectaban y preocupaban a los españoles.
En estos momentos de la Historia en los que los partidos carecen de ideología y simplemente vegetan tratando de cosechar votos, sin defender una idea de Estado ni unos conceptos fundamentales de sus convicciones y acciones de futuro, es difícil proponer un cambio de estructura del Estado, por quienes son incapaces de proponer ellos mismos cual va a ser su propuesta de Gobierno.
Por la derecha, tenemos un PP que desde la llegada de Rajoy resulta que no quiere ser ni liberal ni conservador.
Y lo digo porque fue el mismo don Mariano quien dijo literalmente que aquellas personas del PP “que se sintieran liberales o conservadoras, deberían afiliarse a partidos liberales o conservadores”.
Me dejó boquiabierto, porque yo siempre había entendido que la mayor base de los votantes del Partido Popular la formaban personas de centro derecha a las que la libertad de las personas y el respeto por las costumbres y tradiciones cristianas les importaban mucho más que el poder absoluto de los gobernantes.
Pese a todo le creí todo lo que dijo siendo oposición, y creí en sus promesas durante la campaña electoral del 2011 y por eso le voté.
A partir de ese momento, solo encuentro de positivo en su labor de Gobierno, el habernos sacado del pozo económico en el que nos hundió un Zapatero sin ideas, sin conocimientos, sin dignidad y sin vergüenza ni calidad humana para gobernarnos.
Don Mariano incumplió la mayor parte de sus promesas, fiando su reelección, única y exclusivamente en su indudable éxito en economía, pero eso no le bastaba.
Y por eso estamos donde estamos.
Por la izquierda, Pedro Sánchez hasta ahora tampoco ha emprendido ningún movimiento reivindicativo de la República, porque sabe que si está donde está, se lo debe a las instituciones monárquicas.
Sus convicciones e ideas políticas, ni las conozco si me atrevo e intuirlas, porque tengo la impresión de que ha entrado en política “al servicio de si mismo”, para medrar y solucionarse la vida en el menor tiempo posible.
Me parece una caricatura deteriorada de Zapatero, y sus constantes vaivenes constitucionales y sus devaneos con el etéreo concepto del Federalismo me hacen desconfiar aún más de él, ya que soy de los convencidos de que la España autonómica actual, no merma derechos ni libertades de las autonomías en relación a los que tendrían en una España Federal y precisamente por eso estoy convencido de que está jugando ‘a mostrarles la zanahoria a los conejos independentistas’, para ver si muerden y le apoyan en sus sueños de grandeza, para llegar al Gobierno de España.
Si lo hicieran, luego esos mismos independentistas, serían los primeros decepcionados, ya que sin el PP el señor Sánchez carece del apoyo mínimo en el Congreso, para llevar adelante ese pacto constitucional.
Podemos, a través de sus líderes si se muestra abiertamente republicano, pero por lo visto, es más un ‘postureo’ que una convicción, porque no ha movilizado a nadie en apoyo de la manifestación de su socio Compromís.
Y finalmente Albert Rivera, desde el principio se ha mostrado Constitucionalista.
Por lo tanto he llegado a la conclusión de que cada vez que en la boca de un político español sale a relucir la noble República, es exclusivamente para sacar rendimientos en votos, pero nunca por convicción.
Y tengo que confesar que a nivel personal, el concepto de estado republicano, merece todos mis respetos y en otros países europeos como Francia, Alemania e Italia ha funcionado a la perfección como lo han hecho las Monarquías en los países escandinavos como Suecia, Dinamarca o Noruega, en Inglaterra o en Holanda y Bélgica.
Pero las dos experiencias vividas en España, han sido caóticas por lo que tengo que aceptar que República y España, son aparentemente incompatibles.
Hasta la semana que viene…Si Dios quiere.