Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
El Gobierno de Rajoy, acaba de rizar el rizo del absurdo, pactando con Más esa pirueta que ellos han llamado ‘Financiación Asimétrica de las Autonomías para 2013’ y yo le llamo hacer el ridículo de cara al resto de los españoles.
Nuestro enajenado Presidente, se ha pasado un año tratando de vender la imagen de la austeridad y el recorte de gastos en todas las instituciones del estado, y de la noche a la mañana rompe cualquier molde de lógica y sensatez, para inventarse otra estupidez en el sistema de financiación de las autonomías.
En vez de premiar y motivar a todas aquellas autonomías que han llevado a término una planificación sensata en la reducción de gastos superfluos e innecesarios, y se han ajustado a los porcentajes marcados de déficit autonómico, se dispone a solucionarles los problemas a quienes gastaron o dilapidaron mucho mas de lo conveniente, incumpliendo las directrices fijadas por su propio Gobierno, para cumplir con los objetivos que nos había fijado Europa.
A esa absurda ‘asimetría’, le añade otro concepto que ha sido dado hoy al conocimiento de los españoles, después de su encuentro dentro del mayor de los oscurantismos con Arturo Más, el primero después de su toma de posesión tras las últimas elecciones, y es la ‘flexibilidad’, para el cumplimiento del déficit público catalán en 2013.
Lo cual en castellano clásico, yo lo traduzco como que el reparto de fondos para cubrir los desvíos presupuestarios del año pasado, se harán a gusto y medida de los que incumplieron (a eso le llaman ellos ‘asimetría’) y de cara al presente año, no deben de preocuparse mucho en ajustarse a los presupuestos que presenten, ya que del mismo modo que Europa le ha dado un margen para el cumplimiento a España, nosotros tendremos la misma tolerancia con Cataluña (a eso le han llamado ‘flexibilidad’).
O sea que una vez más (y van muchas) el Presidente de turno de la Generalidad catalana, maneja como a un títere de guiñol al Presidente de Gobierno del Estado.
Quizás en otras ocasiones, eso fuera la contraprestación a la Gobernabilidad de España cuando no se disponía de una mayoría absoluta.
En este caso, ni siquiera esa justificación le queda a Rajoy, ya que él si dispone de esa mayoría absoluta.
Puestos a imaginar el precio a pagar por CiU al Estado, a mi sólo se me ocurre pensar en la renuncia a ese referendo independentista, que tenía pactado Mas con Esquerra Republicana de Cataluña, para conseguir la gobernabilidad allí, durante 2014.
Pronto lo sabremos.
Si los pactos de CiU con Madrid a través de Duran y Lérida acaban imponiéndose a los de a los de Más con ERC, no habrá referendo, y se confirmará mi teoría por más que sigan mareando la perdiz allí y aquí.
De lo contrario, habrá que pensar que ha sido una concesión a cambio de nada, o sea otra más de las insensateces incomprensibles de un Presidente del Estado que día a día sigue haciendo oposiciones a perder las próximas elecciones.
Y a los gobernantes de nuestra autonomía valenciana, decirles que por más que consideren que en este caso les puede interesar subirse al mismo carro de los catalanes para salir al paso del déficit insoportable y excedido de 2012 y el presupuestado para 2013, cometen un error estratégico de nivel.
Nuestra Comunitat, si está deficientemente financiada en virtud de un crecimiento demográfico por inmigración en el último decenio, debe de reivindicar ese principio y conseguir que se reconozca que estamos dando educación, sanidad y servicios sociales a un millón de personas más de las que teníamos cuando se fijaron las bases de financiación.
Con esa regulación se solucionaría para siempre el problema.
Con la ‘asimetría’, vamos de pedigüeños a la catalana, y el año que viene, con la ‘flexibilidad’, nos convertiremos en sujetos de la animadversión del resto de las autonomías, cuando volvamos a necesitar otra vez mucho más dinero del fondo común destinado a todas, ya que seguiremos siendo deficitarios.
Estamos incurriendo en un error imperdonable, subiendo a su carro.
Nosotros tenemos unos motivos muy justificados para exigir una mejora de nuestra financiación, y luego una vez la situación regulada, tendríamos la obligación de ajustar nuestro déficit, dentro de la norma general para todas las Autonomías.
Y no correríamos el riesgo de que nos metieran en el mismo saco con Cataluña, y que eso perjudica de una manera evidente el prestigio valenciano de cara al resto de los españoles.
Nosotros reclamamos el derecho a ser iguales a los demás.
Ellos siempre luchan por ser “asimétricamente desiguales…y mejorados”.
