Miguel Prim Tomas. Ex Parlamentario Nacional.
Acabó el mes de Noviembre y comenzamos el último del año con una Asamblea Mundial en París sobre el Cambio Climático. París, que hace solo unos días tenía en sus calles nuevamente el zarpazo del terrorismo. Pero ha demostrado que podía recibir la representación de 200 naciones del planeta que, después de la cumbre de Kioto, piensan reflexionar con ese nuevo reto del futuro, el calentamiento de nuestra casa común, llamada Tierra.
Recuerdo que en la primera Legislatura que accedí al Senado a partir de 1993 se creó una Comisión Especial sobre el ‘Cambio Climático’ en la cual participé con sumo interés. Y allí se trató, por autoridades en el tema, el peligro que supone seguir con las tecnologías que entre otros venenos hacia la atmósfera, desprendían el CO2 tan nocivo para el ser humano, y que además provocaba el sobrecalentamiento de nuestra envoltura vital, llamada atmósfera.
Diversos sucesos pueden provocar que esta Tierra nuestra sea cada vez menos habitable. Un ejemplo que nos hizo pensar a los asistentes en la Comisión fue que ese calentamiento provocaría que nuestro Mar Mediterráneo `podría elevarse en varios metros inundando las costas de nuestras playas y sus viviendas, y eso, era solo un ejemplo.
Y el que suscribe estas líneas se siente sorprendido al pensar que otros colectivos están en ideologías contrarias a la racionalidad de la vida, por ejemplo, cuándo el peligro inminente de las próximas generaciones tenemos como cosa cierta.
Por ejemplo, con las nuevas técnicas que hagan olvidar ese desprendimiento de CO2, como pueden ser la energía nuclear, eólicas o solares. Ustedes, amigos lectores, ya me entienden y quizás sonrían pensando que eso está por venir. Sí, pero está claro que llegarán sus consecuencias si no ponemos desde ya de nuestra parte.
Una de las causas que ello vaya más lento son ‘los intereses creados’ que el dramaturgo Jacinto Benavente puso como título a unas verdades que todos entendemos, pero que parece que no van con nosotros.
Motivos para reflexionar, los hay.
