Miguel Prim Tomas. Ex Parlamentario Nacional.
Está finalizando el año inmersos en fiestas de Navidad, de fin de año y Reyes, y está ahí el resultado del 20 D. Destacable es entre otras actitudes y reflexiones, las efectuadas por nuestro Monarca, Felipe VI en su alocución de Nochebuena. Discurso que los medios calificaron como "el llamamiento al diálogo en defensa del interés general”. Y esos medios escritos opinan, tanto de Centro Derecha como de Centro Izquierda, que el PP, el PSOE y Ciudadanos destacan ese llamamiento del Rey.
Otro aspecto importante y negativo es el empecinamiento que viene de lejos, en el que oímos al secretario general del PSOE decir que nunca pactaría ni con el PP ni con Bildu, frase que a mi modo de ver y entender no tiene "ni pies ni cabeza".
Pero en fechas pasadas de campaña electoral el debate entre Sánchez y Rajoy, no pudo resultar más bochornoso sobre todo con esa iniciativa de un talante que a muchos televidentes les llenaron de disgusto. Si comparamos con pasadas elecciones en el que líderes del PSOE y del PP, en sus comportamientos, en ningún momento fue de dura confrontación. Una cosa es el juego político y otra el enfrentamiento provocado que a más de uno nos hizo presagiar un futuro falto de dialogo y de consenso...
Y una vez conocidos los resultados, en que el PP obtuvo 33 escaños más que el PSOE, y Ciudadanos sólo 40, muchos se preguntaron y siguen haciéndolo quien será capaz de ceder ante la futura gobernabilidad del País.
Mi felicitación navideña a la Asociación del Ex parlamentarios decía textualmente: "Mi deseo de un año 2016 lleno de consensos y entendimientos”. A mí, particularmente me llena de estupefacción lo dicho por Sánchez de un posible pacto con Podemos si éste se olvida del referéndum en Cataluña. ¿Solo pone esa condición? Pues como aquel vecino mío que dice textualmente: " Pues apañados vamos si se pacta con la izquierda radical, que sabemos de dónde viene y a donde va". Ejemplos tenemos en Madrid, Barcelona o Valencia.
A España en estos momentos le correspondería un pacto de Estado entre PP y PSOE. Ya lo dijimos en nuestro anterior artículo. Y si el PSOE no quiere oír nada del PP, dejemos su voto en suspenso, para evitar la negatividad.
Siempre, en esta nueva etapa, después de la transición política de 1977, el que sacó más votos en las generales, gobernó. ¿Puede ser así? Aprovecho estas páginas para que a todo lector sea del color que sea, desearle un año 2016 lleno de salud, alegrías y repito hasta la saciedad. De consensos y entendimientos, para seguir fortaleciendo la unidad de España y su progreso.
Feliz Año.