Miguel Prim Tomas. Ex Parlamentario Nacional.
Aún seguimos atónitos ante los sucesos que en pocas fechas han superado los ánimos del ciudadano de a pié que no comprende los dos hechos que protagonizan los independentistas catalanes y el terrorismo.
No será la primera vez que expongo mi opinión sobre el caso catalán. Todos en España no entendemos cómo se ha llegado tan lejos en los desatinos de unos cuantos ‘iluminados’ que en los años 90, cuando accedí al Senado, ya no entendía como esos políticos, creí yo de centro-derecha, tenían como lema y objetivo la reivindicación constante, siendo insaciables al pedir siempre, aunque otras regiones no lo tuvieran.
Pero nunca creí que esos políticos llegaran a ‘jugar’ con republicanos de izquierdas y ni mucho menos con antisistema como los de la CUP. Y así ha sido.
El Gobierno ha tenido que mover muy bien la ficha hacia el Tribunal Constitucional para que éste anulara el inicio de la desconexión de Cataluña con España.
Valiente bravata de esos personajes que les importa un ‘bledo’ la Ley y el Estado de Derecho.
Estamos en una precampaña que ha servido para que los principales Partidos, menos Podemos, hayan unido el esfuerzo común para proclamar el hecho catalán como ‘Problema de Estado’.
El terrorismo ha hecho de nuevo su aparición en Europa, y yo diría que en su capital, como es París. Ha sido horroroso el desenlace de los actos terroristas que en una noche escalofriante se cobraran más de 120 muertos y alrededor de 250 heridos.
París había sido otra vez a principios de año protagonista de estos desmanes que todo el mundo ha denunciado como actos inhumanos.
Y otra vez, los tres principales Partidos que acudirán a las elecciones del 20 de diciembre, han unido para alzar la voz y denunciar los sucesos acaecidos en la capital de Francia.
Demostrar unidad es el protagonismo que todos alabamos; todos, menos Podemos, que otra vez da la nota discordante del tema terrorista.
Que el Dios al que todos pedimos nos ayude a saber llevar con valentía este gran y grave evento que en el siglo XXI nos toca vivir. La paz debe siempre ser el objetivo del ser humano racional.