Vicente Guillamón. Concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Castellón.
Íbamos a estar más cerca que nunca. Los graueros llegarían mejor a la UJI, al centro y a cualquier parte de Castellón sin depender de coger varios autobuses o del coche. Estaba a punto de completarse la línea 1 del TRAM, que uniría la ciudad de Este a Oeste.
A algunos les importaba que fuera un transporte ecológico diseñado por los castellonenses, los comerciantes tenían ganas de dejar atrás meses y meses de obras y disfrutar del TRAM. Algunos estábamos interesados en que una mejor conexión dinamizara el ocio y la restauración. A otros les parecía que la inversión era muy alta y muchos afirmaban que ya era hora de que se apostara por Castellón. Ya ven, opiniones para todos los gustos, y mucha expectación.
Y en medio de todas esas opiniones, destacaba una, absolutamente contraria al TRAM y dispuesta a desprestigiar a toda costa lo que llamaban “el hazmerreir del trolebús”, en palabras de la propia Marco. Hasta el punto de que a pocas semanas de su inauguración, encontré en mi buzón un folleto socialista en el que no se daba al TRAM ni un voto de confianza.
Precisamente por todo ello, mi sorpresa fue encontrar la semana pasada los periódicos plagados de fotos de la alcaldesa socialista subida en el TRAM. Tras mi sorpresa inicial, me alegré de que comenzaran a hablar en positivo de nuestra ciudad y de sus proyectos, aunque me entristeció comprobar que había tenido que coger primero la vara de mando de la ciudad para hablar bien de ella.
Creo sinceramente que el TRAM es un gran proyecto, con mucho potencial en el presente y en el futuro de Castellón, que precisa mejoras continuas u estar muy cerca de la gente. Por eso espero que el nuevo gobierno trabaje por solucionar todos los detalles, como el funcionamiento de las lanzaderas en el Grau, para que el acceso a las playas sea el que merecen graueros y visitantes.
Sé de buena tinta que el Partido Popular, impulsor del TRAM, ha sido muy reivindicativo con la Generalitat Valenciana para encontrar soluciones, y que ser del mismo “color político” nunca ha sido un impedimento para reclamar lo que merece Castellón. Y les puedo asegurar que seguiremos siendo reivindicativos con la misma intensidad. Sólo el tiempo y los hechos nos dirán si el bipartito de Castellón también pone a Castellón por encima de sus siglas.