José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
A lo largo de esta semana en cuyo 'finde' acabamos de entrar las noticias originadas en nuestra Comunitat han sido muchas, a cual más interesante, divertida y sobre todo disparatadas.
Destaca con luz propia la presentación por la señora Oltra de los presupuestos para el año 2016. Los más de dieciocho mil millones de euros que lo conforman tienen algún que otro problemilla, como es su cuadre.
Confeccionar un presupuesto es relativamente fácil, pues partiendo de los ingresos previsibles y ciertos, se asignan las partidas de gasto por orden de prioridad o de obligación que viene a ser parecido, aunque no lo mismo.
El dilema surge cuando me faltan mil trescientos millones de Euros, y no sé de dónde sacarlos, pues estoy en bancarrota, los ingresos están por los suelos y aunque poco a poco hay más actividad económica, no es suficiente; añadamos que no podemos emitir deuda, pues no nos la iba a comprar ni el tato y tenemos el escenario perfecto para las teatralizaciones y escenificaciones de la ya conocida y famosa obra "como pegarle una patada al problema y que dentro de cuatro años lo solucione otro".
La escenificación de la vicepresidenta del Consell ha sido memorable, ya que argumentar que ese dinero nos lo debe Madrid, que probablemente es cierto, y por tanto lo podemos poner como ingreso es faltar a la inteligencia de los valencianos, pues vaya usted a saber si el año próximo ‘Madrid’ nos lo pagará o no, pero si además digo que cuando estaba en la oposición llevé a los tribunales (y me lo tumbaron) al Gobierno de Alberto Fabra porque incluyó en unos presupuestos ingresos que no iba a tener y lo hice pensando en que cuando gobernara podría hacer yo lo mismo es para descojonarse, y perdonen ustedes la vulgaridad.
El corolario lo pone el argumentar que la diferencia entre un gobierno corrupto y ella, es que nos lo está diciendo, con el convencimiento que la vamos a creer y utiliza arteramente a los más débiles para sostener su argumento. Si no cobro esos mil trescientos millones no voy a poder pagar a los discapacitados la dependencia ni a los más desfavorecidos las prestaciones básicas; aviso a navegantes, luego no me vengáis con gaitas, ya os lo dije.
Me cuesta creer que Vicent Soler, Conseller de Hacienda, persona de números, con bagaje político se responsabilice de este apaño, porque aquí no vale decir yo no lo sabía, pues lo sabían y prometieron el oro y el morisco, criticando que el partido en el gobierno pusiera en práctica los recortes que iban a eliminar en cuanto llegaran al poder.
Una cosa es predicar y otra gobernar. ¿Cuál es la solución? ¿Más funcionarios, más clientelismo, pedir más dinero a Madrid, o tal vez volver a estar endeudados con farmacias, colegios, residencias de la tercera edad? Parece ese el camino pues el ahorro de en los intereses de la deuda (Madrid los cobra al 0%) se invierte en su totalidad en aumentar el presupuesto, sin disminuir un euro lo que debemos.