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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 21:28

El perro del hortelano

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Rafa Cerdá Torres. Abogado.

Confieso que me estoy llevando un chasco de los grandes con la flamante Presidenta andaluza, Susana Díaz, en funciones desde el pasado 22 de marzo, y gracias a su habilidad política, todavía permanecerá en esta situación de provisionalidad durante cierto tiempo. Esta mujer de mi generación, irrumpió el pasado año con todo el empuje que le otorgaba un innegable carisma y un escenario necesitado de nuevos liderazgos políticos. Añádase un discurso coherente, sin complejos frente a Podemos, y una situación harto complicada en el seno de su partido (el PSOE), y el resultado obtenido arroja una dirigente con grandes posibilidades de adquirir una relevancia nacional.

Va a ser que no. La decisión de anticipar los comicios al Parlamento andaluz, bajo el pretexto de asegurar la estabilidad de un gobierno sostenido hasta la fecha gracias a la coalición con Izquierda Unida, suponía una opción arriesgada. Demasiado. Si bien ha conseguido situar al Partido Socialista como primera fuerza política parlamentaria en número de escaños, la irrupción de Podemos y Ciudadanos junto con el derrumbe del Partido Popular, ha fragmentado la escena política a un nivel harto complicado. De gobernar con una sólida mayoría en coalición,

Díaz debe efectuar un auténtico encaje de bolillos únicamente para garantizarse su investidura, bien con la abstención del PP o del binomio Podemos-Ciudadanos, bien configurando una mayoría con la formación de Albert Rivera mediante una nueva coalición o con un pacto de legislatura. Dado que no se moverán ni las hojas hasta después de las elecciones municipales del próximo 24 de mayo, el gobierno de la Junta de Andalucía adquiere un cierto aire de estancamiento que choca con la apremiante realidad socio-económica regional, al frente de los indicadores de desempleo. ¿Realmente merecía la pena tanto movimiento para llegar a esta situación?

De nuevo se han confundido los objetivos partidistas con los intereses ciudadanos. Una comunidad autónoma tan importante como Andalucía no se merece situarse en un marasmo de inestabilidad e incertidumbre. La Presidenta, sin los apoyos necesarios para conseguir su investidura, acusa al resto de partidos de practicar la técnica del "perro del hortelano": ni gobiernan ni le permiten gobernar, bonito símil que pretende esconder el bloqueo que ella misma creó con su anticipo electoral. Esta alusión de Susana Díaz se responde por medio del refranero popular: para este viaje no hacían falta alforjas.

Y Andalucía mientras tanto, a esperar...