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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Pasión roja

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Rafa Cerdá Torres. Abogado.

Escuchando la radio uno de estos días, tuve la suerte de sintonizar un programa en el cual, se retaba a todos sus oyentes a hacer partícipes al resto de la audiencia, de aquellos programas de televisión o de radio que, de alguna forma, habían dejado un recuerdo especial, una vivencia emotiva, o sencillamente una cierta nostalgia de tiempos pasados. Aprovechando la festividad de San Valentín, y su presunta celebración con todo lo relacionado con el amor, un espabilado oyente nombró el mítico programa ‘Lo que necesitas es amor’  presentado por Isabel Gemio, emitido en Antena 3 Televisión allá por principios de la década de los 90 del siglo pasado. Menudos recuerdos. Decenas de enamorados y enamoradas acudían al plató de televisión a solicitar de la entonces joven Gemio, ayuda para reconstruir historias de amor maltrechas, realizar una declaración de amor, y todas las posibilidades que la magia de la televisión permitiera.

No pude evitar acordarme de un cierto grupo de personas que bien necesitarían una terapia colectiva en un resucitado formado de ‘Lo que necesitas es amor’, y me refiero a la familia socialista. ¡Qué trajín de corazones rotos y sentimientos destrozados acumulan las siglas del Partido Socialista Obrero Español, oiga! ...Pedro Sánchez, el actual secretario general, enamora a las cámaras por su físico esmerado pero deja frígidos a muchos barones del partido. Susana Díaz, la chica del momento y la más guapa de la fiesta, se sube la minifalda pero pobre del que le ponga la mano encima. Tomás Gómez, el destituido dirigente de la Federación Socialista Madrileña, se le rompió el amor de tanto usarlo y desde la dirección nacional le han pedido que abandone el domicilio conyugal. En Cataluña, los sucesivos debacles electorales y la ambigüedad frente al soberanismo imperante, son los causantes de rupturas en masa y escenas de enfrentamiento al estilo ‘ya no me quieres como antes’...

Un triste y gris día de San Valentín para el P.S.O.E., sin amor ni poder ni perrito que le ladre... súmale unas encuestas que arrojan unos resultados catastróficos, y le añades un crecido Pablo Iglesias con su amalgama de promesas chupiguays,  mientras le come a las centenarias siglas, el electorado a dentellada limpia. Estos meses cuajados de citas electorales, veremos como la izquierda es toda pasión, con un surtido despliegue de siglas trufadas de buenos sentimientos, estupendas intenciones y nulas realidades. El P.S.O.E. dispone de muy poco tiempo y menor margen para volver a encender los corazones de millones de frustrados votantes, que parecen haber dado la espalda a un partido con más de veinte años de experiencia de gobierno, por culpa de la irresponsabilidad de sus dirigentes, pasados y presentes. Y lo de Izquierda Unida mejor ni mentarlo, el espectáculo que están ofreciendo en la Comunidad de Madrid es puro onanismo político.

En fin, con el nuevo partido Podemos perfilado como el obscuro objeto de deseo de la izquierda de esta España nuestra, el P.S.O.E. e Izquierda Unida saborean el amargo trago del rechazo. Entiendo que para la estabilidad del país a medio y largo plazo, el Partido Socialista debe ser una formación sólida, estable y sobre todo, coherente. Más inteligencia y menos pasión. Caer en las trampas de los discursos políticos populistas, seccionar el partido en cónclaves de poder territorial y ambiciones personales y ofrecer golpes de timón inesperados (como el dado con el cese de la dirección socialista madrileña), sólo provoca una respuesta de sus votantes, idéntica a la que muchas parejas temen, y es: hasta aquí hemos llegado, fin de la historia.