Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Seamos sinceros; la tan cacareada ‘recuperación’ económica que vende con sonrisa ‘profidén’ el Gobierno del señor Rajoy ni está ni se espera por ningún lado. Esos anuncios espectaculares que hablaban de una tasa de crecimiento del PIB para este año del 3 % se está demostrando que eran eso; anuncios de cara a la galería y con carácter meramente electoral. Y es que las mentiras tienen las patas cortas, y jamás con ese crecimiento económico una economía no crearía apenas empleo. Y la nuestra no lo crea. Así de claro.
Desde el verano, una vez acabada la campaña estival, se está destruyendo empleo a marchas forzadas en este país. Otra vez. Y el IPC, por mucho que se acuda al precio del petróleo y a la inflación subyacente, muestra una atonía que indica que nuestra economía continúa gripada, continúa parada. Tal vez por ello, según la Encuesta de Coyuntura Laboral del INE, el 92 % de las empresas valencianas dice que no contratará más trabajadores, y que no lo hace porque no los necesita. De hecho, según el INE, apenas hay 4.000 vacantes laborales en nuestra Comunidad.
De hecho, si hubo una leve mejoría en la economía española y valenciana en el primer semestre del 2015, fue por una serie de factores exógenos a la dinámica económica de nuestro país. Así, en primer lugar hubo una política deliberada y potente de compra de Deuda pública por parte del BCE. Y en segundo lugar hubo una caída de precios del petróleo. Y además, en el factor interno, el Gobierno, en año electoral, aumentó el gasto público y relajó la política de lo que ellos llaman recortes. También aumentó algo el gasto privado, gasto cuyo aumento ya se ha detenido.
Pues bien, esa leve mejoría ya se ha esfumado. Y la devaluación del yuan todavía no se ha notado. Cuando se note claramente será todavía peor. Y es que los parámetros estructurales en los que se sitúa la economía española son tremendos. La precariedad laboral es la nota que mejor define nuestro país, con un paro que supera el 23 %, con un desempleo juvenil que supera el 50 %, con un elevadísimo porcentaje de jóvenes condenados a mini Jobs, con ausencia de innovación y de competitividad que no se base en la reducción de salarios, con una dependencia externa altísima, y con una reforma laboral que simplemente lo que ha hecho es fomentar el empleo a tiempo parcial y la rotación en el empleo. Esa es la realidad de las cosas. Así de triste. Así de cierta.