José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Decíamos la semana pasada que una Reforma Fiscal es, en esencia, una actuación política que pretende recaudar más sin que se note.
Es cierto que el modo fácil y el más injusto es subir los impuestos indirectos y es lo que ‘los expertos’ le piden al Gobierno. Las recientes declaraciones de Cristóbal Montoro van en contra de este parecer, pues con toda rotundidad ha dicho que no va a subir el IVA ni a cambiar productos que hoy tributan al 10% pasen al 21%. No obstante lo anterior, por orden de Bruselas y así estar en toda la Unión Europea, deberá subir el IVA de los productos sanitarios.
Para que nos situemos. El IVA es la gallina de los huevos de oro, ya que grava a todos por igual por el mero hecho de consumir, da igual que sea al repostar gasolina, al ir al cine, al comprar unas pilas o un kilo de arroz, ya que todo debe llevar IVA y todos lo pagamos, con independencia de cuanto ingresamos. Tiene estudios Hacienda y uno trata sobre una parte no despreciable de pequeños empresarios que tributan IVA por esos llamados ‘Modulos’ ocurriendo lo mismo por el IRPF. Se va a suprimir esta modalidad, y al ser ahora grupo controlado pagarán muchos de ellos más, con lo que puede compensar parte de esa recaudación que obtendría con la subida del IVA. De todas maneras, estemos atentos en los próximos meses a ver qué pasa.
En cuanto a los tramos del IRPF y su tributación, hace dos años que estamos pagando más. El partido en el Gobierno nos aumentó los impuestos y para ello no le hizo falta una Reforma Fiscal, simplemente los subió. Este aumento iba a ser transitorio y habrá que ver a qué niveles volvemos, pues sería deseable que con independencia de haber más o menos tramos todos paguemos menos.
El Impuesto por Patrimonio, que esencialmente grava por tener cosas, y que se han adquirido después de pagar a Hacienda. Sale a cuenta gastar lo que le queda a uno después de pagar los impuestos, pues de lo contrario se vuelve a pagar. Nació con la pretensión ‘de control’ para comprobar si con lo ganado se podía aumentar lo que uno tenía al principio del año, pero se ha asentado definitivamente y no parece que se vaya a suprimir.
Especial atención hay que dedicar en la tributación indirecta por los hidrocarburos, es decir, las gasolinas. Hace años se decía que en España era más barata que en el resto de Europa, ahora ocurre en muchos casos justo lo contrario, ya que casi la mitad de lo que pagamos por litro es impuesto. Las estaciones de servicio son pequeñas oficinas recaudadoras de impuestos para el Estado y Autonomías.
Dejamos para una tercera semana hablar de los impuestos por compra de vivienda, herencia y donaciones, a los que también se les va a dar un incremento. Sacaremos conclusiones sobre lo que podemos esperar.