Salomé Pradas Ten. Senadora y Concejala Grupo Municipal Popular Ayuntamiento de Castellón.
Esta semana se está hablando mucho de nosotras, las mujeres. Un año más, el 8 de marzo celebramos el Día internacional de la mujer trabajadora, efeméride que se instauró por la Asamblea de las Naciones Unidas en el año 1977, si bien, fue ya en el año 1911 cuando se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, como reivindicación del derecho de las mujeres a votar y de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
No soy de ‘días de’ porque todos los días hay que luchar por lo que una cree, pero pienso que las mujeres que tenemos el honor de ostentar un cargo público no debemos nunca olvidar esta efeméride, ni olvidar que hace ahora un siglo las mujeres empezaron a luchar con el objetivo de conseguir la igualdad de derechos. Ahora puede parecer increíble, pero hace tan solo 86 años las mujeres no podíamos votar en España, pues la primera vez que se nos reconoció el sufragio femenino fue en la Constitución de 1931, y aunque parezca un largo lapso de tiempo el pasado desde entonces, no lo es tanto. Fue la diputada Clara Campoamor quien a finales de los años 20 y principios de los 30 abanderó la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en la política, y a ella muchas le debemos el poder estar dónde estamos.
Poco a poco se ha ido avanzando en el proceso de normalización que ha permitido la presencia de la mujer en el ámbito político, un ejemplo de dicha normalización y que me afectó directamente, fue el hecho de que las listas del Partido Popular de Castellón para las últimas elecciones generales eran paritarias. Pese a quien le pese, la lucha por la igualdad no es patrimonio de nadie. Pero sin duda alguna aún queda mucho por avanzar, se ha avanzado en derechos laborales, políticos, económicos…pero queda mucho por hacer.
Y como siempre hace bien en recordar nuestra Presidenta regional del PP Isabel Bonig, la igualdad debe ser de salida, no de llegada, porque en el proceso de normalización en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, nos debería dar igual si es alguien del sexo masculino o femenino quien alcanza un puesto de responsabilidad, ya que lo que debe importarnos es que quien llegue sea el o la mejor, el o la que por mérito y esfuerzo se lo haya ganado, como por ejemplo ocurre en el Partido Popular de Castellón, dónde desde hace escasamente un mes tenemos a una Presidenta, Begoña Carrasco, una mujer que ha llegado a dicho puesto por trabajo y mérito propio, y ello porque se le dio la oportunidad de poder demostrar su valía, sin necesidad ni de cuotas ni de imposiciones.
Las mujeres que tenemos la oportunidad de participar en política sólo deberíamos reivindicar que se nos ofrezca la misma oportunidad que a nuestros compañeros para poder demostrar que podemos hacerlo bien, y a partir de ahí, poder alcanzar en su caso la meta que cada una se marque en igualdad de condiciones entre unos y otras.
Y es que para romper cualquier desigualdad lo que hay es que luchar por alcanzar la normalidad, por la igualdad en la casilla de salida. Y en ese camino estamos y estaremos siempre los políticos y políticas del Partido Popular.