José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Díaz para más señas, presidenta en funciones de la Junta de Andalucía a la que hemos dedicado alguna que otra reflexión, le quedaron truncadas sus aspiraciones a la secretaria general en Ferraz ya que los resultados electorales la inhabilitan a corto plazo. La jugada de adelantar las elecciones le falló, porque a pesar del clientelismo existente, el mayor de todo el Estado, forjado a lo largo de más de tres décadas, no ha sido suficiente para obtener la mayoría.
Dicho lo anterior gobernará, claro que gobernará, y no será necesario recurrir a nuevas elecciones pasado el verano, aunque no tendrá fácil el día a día en el Palacio de San Telmo.
Fácil no va a ser ya que a menos de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas nadie va a querer dar un paso en falso, que será utilizado por sus adversarios.
Alternativas solo tiene una que, al menos ocho diputados de los partidos de la oposición, no voten en contra, es decir se abstengan.
Puede para ello aceptar el pacto propuesto por el otro gran perdedor de las elecciones, Juanma Moreno y que no es otro que en las próximas municipales gobierne el candidato más votado; de aceptarlo entregará en bandeja al PP bastantes capitales de provincia andaluzas.
También puede optar por no renovar la designación de Chaves como senador y que tanto Ferraz como ella presionen a Griñán para que deje el escaño de diputado que le pertenece a título personal, lo que visto lo visto no es tarea fácil habida cuenta que se trata de su predecesor y mentor.
Decisión difícil, pero que con toda seguridad como hábil negociadora sabrá solucionar. A excepción del Partido Popular e Izquierda Unida al resto de partidos de la oposición no les interesa en absoluto la convocatoria de nuevas elecciones autonómicas después del verano.
Tanto a Podemos como a Ciudadanos no les conviene ya que les pueden perjudicar los resultados a nivel nacional, no siendo difícil predecir contagio, aunque hay que reconocer que Andalucía es otra cosa.
Añadamos que Podemos ha obtenido un decepcionante resultado con relación a sus expectativas, y que Albert Rivera es el primer sorprendido con sus nueve diputados. La repetición de elecciones supone pisar un jardín del que pueden salir mojados y truncar la trayectoria iniciada por ambos partidos en cuanto a estar representados parlamentariamente.
Tanto el Partido Popular como Izquierda Unida difícilmente obtendrán peores resultados, por lo que en cierta manera se la trae al pairo, y si apuramos la jugada, puede que incluso les beneficie, pues sus discursos de coherencia y oposición responsable desde el primer minuto en defensa de su programa resulta más que convincente.
Izquierda Unida, de la que no me había olvidado ha salido poco menos que en carne viva del pacto de gobierno que le ha costado imagen y votos, además de haber sido manipulados hábilmente por Doña Susana. Ni agua le van a dar.
Un arreglo buscarán y seguro encontrarán, sin prisa, pero sin pausa, la política es eso, política.
