Doménec Nàcher. Secretario técnico de Asaja Castellón.
Era un secreto a voces: la imposibilidad de alcanzar en Bruselas un acuerdo presupuestario para el nuevo periodo de la Política Agraria Común, así como el de conseguir acuerdos con las más de 4000 enmiendas presentadas a los borradores de los reglamentos de aplicación, y por supuesto el cortísimo periodo de adaptación de la nueva aplicación por los países miembros, ha propiciado que se vaya a acordar el próximo 9 de febrero una ampliación del actual sistema de la PAC (periodo 2007-2013) al 2014.
Esto que para algunos supone un alivio porque podrán mantener la percepción del pago único un año más de los esperado, supone desde ahora un reajuste presupuestario para el 2014 que puede alterar considerablemente el equilibrio presupuestario pactado para el siguiente periodo (2014-2020) basado en lo que se ha denominado el marco presupuestario de la Europa 2020 y que está sujeto a las férreas condiciones de austeridad financiera por la que atraviesa la Unión Europea.
Varias cuestiones afloran en este sentido: Si se perpetúa el actual sistema de la PAC; ¿Cómo quedaran las ayudas directas a nuestros agricultores cuando el recorte supera el 7% anual? ¿Se mantendrán los derechos y el reajuste se aplicará a partir del 2015? Dicho de otro modo, si mantenemos las ayudas dentro de los derechos que mantienen nuestros agricultores y ganaderos sin aplicarles el recorte pactado, estamos sobrecargando el recorte sobre los años sucesivos, lo cual debilita las ayudas para el próximo periodo. Pero si por el contrario dichos recortes tienen una aplicación en el próximo 2014, muchos de los agricultores de nuestra provincia que apenas alcanzan los 100 euros de ayuda pueden quedarse fuera del sistema al ver mermada la ayuda por debajo de esta cantidad mínima para poder ser beneficiario del pago único.
¿Cómo resolver este supuesto periodo transitorio sin que los presupuestos ni el funcionamiento propio de los mecanismos de la PAC se vean debilitados hasta tal punto que esta solución se convierta en un mero parche inócuo cuya única finalidad sea la de dar el tiempo suficiente a que en Bruselas se alcance un acuerdo sobre el paquete presupuestario?
Lo único claro es que el vino ya ha conseguido perpetuar los derechos de la viña hasta el 2030 y porque había que poner fecha de lo contrario a buen seguro que estarían de por vida con sus privilegios. Los demás sectores deberán adaptarse al funcionamiento de una OCM única de aquí al 2020 que lejos de descargar y aligerar la burocracia supone meter en un mismo saco a cultivos y producciones tan dispares como los pastos (ovino,caprino y vacuno) frutas y hortalizas, aceite, cereales, tabaco, lino… y es que hay cultivos que sólo aspiran a sobrevivir mientras que hay otros que aspiran a ganar mercado y con estas discrepancias de por medio, no puede salir nada bueno.
