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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:09

La indignidad del PP

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Pascual Montoliu. Ha sigut capellà, professor d'antropologia i teologia, i tècnic comercial.

En marzo de 2009 hubo elecciones en Euskadi. Patxi López,  con los votos del PSE y del PP, fue elegido presidente en el parlamento vasco. Reproduzco lo que escribí, con el mismo titular de arriba, a propósito de aquel mal llamado pacto constitucionalista:

“Para una vez que el PP tiene en sus manos la posibilidad de romper el cordón sanitario,  al que de forma poco democrática ha sido sometido por el PSOE y el resto de fuerzas políticas, no sólo ha desperdiciado la ocasión, sino que ha sido el propio PP quien acaba de urdirse el lazo de la soga en su propio cuello. Al pactar, en secreto vergonzante, su apoyo a la investidura de Patxi López, queda patente la indignidad de los populares.

“Nada menos que van a investir lehendakari al personaje que, en la misma capilla ardiente del ex-concejal socialista de Mondragón asesinado por ETA, protagonizó la escena lamentable de increpar a Rajoy y a María San Gil, como si ellos fueran los responsables. Fue todo un alarde de mal talante y de instrumentalizar un asesinato con inequívocos fines electorales. Un personaje de esta catadura no merece estar en la vida pública.

“Los electorados, tanto del PSOE como del PP, no se merecen esta maniobra de la confusión. Y que no digan que se trata de una cuestión de estado, porque no es así. Con este pacto antinatura sólo dan la imagen de ser unos mequetrefes a la caza del poder. Si se pretendía desalojar al PNV de Ajuriaenea, deberían haberse presentado en coalición, y ahora tendrían el mandato de las urnas. Nadie hizo referencia a este pacto en la campaña electoral. Es más, se llenaron la boca de decir justamente lo contrario.

“Este será otro parto de los montes, como lo han sido hasta ahora esas alianzas extrañas tanto en Catalunya como en Galicia. En ambos casos el PSOE, que era la segunda fuerza más votada, prefirió pactar con los nacionalistas radicales con el único fin de impedir el gobierno de los moderados. El resultado ha sido la agudización de los problemas y el enrarecimiento de la convivencia democrática. Zapatero no es un estadista. Osadía temeraria e improvisación son las constantes de sus dos mandatos. Tampoco lo es Rajoy, que al final está haciendo verdad aquello de que le acusa Zapatero, que no sabe hacer oposición.

Esta claudicación, pues de pacto no tiene nada, impide al PP ser moderador con los nacionalistas y consagra a Zapatero como moderador de la situación, cuando de moderador no tiene nada, a la vista del espectáculo de los tripartitos catalanes y del bipartido gallego, donde han sido las minorías radicales las que han marcado las respectivas agendas políticas, para escarnio de las mayorías votantes, el ridículo más obsceno del propio PSOE y el desprestigio del poder judicial que no sabe qué hacer con las patatas calientes que le han puesto encima de las mesas de sus despachos.

“El escenario previsible en Euskadi, después de la investidura, será el de un PSOE gobernando con acuerdos puntuales con el PNV y un convidado de piedra que será un PP cornudo y apaleado. Si no es así,  tendremos como resultado un PNV escorado hacia la izquierda abertazle y un problema vasco más enconado de lo que ya está. Y todo por haber satanizado al nacionalismo del PNV, que no es el de ETA. Este mochuelo se cargará en cuenta a cargo del PP que ya estaba satanizado antes de entrar a votar la investidura. Ahora recibirá la confirmación. “

El escenario fue peor del que preví. Fue el pacto con ETA. A cambio de una paz otorgada como un favor por los terroristas,  se vendió la primogenitura que llevaba incluida la aquiescencia del PP que ahora divide a sus bases electorales y, lo que es peor, el propio PNV se ha convertido en comparsa de los abertzales.