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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Regeneración democrática y final de ETA

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Pedro Tejedo. Abogado.

Hay dos temas sobre los que se habla mucho en los últimos tiempos, a saber: la regeneración democrática y el final del terrorismo etarra. Lo que más me llama la atención al respecto es que el tratamiento de los mismos se hace siempre por separado, como si no estuviesen íntimamente relacionados.

Cada vez más resulta evidente que España necesita una regeneración de su democracia, necesidad que ha llevado al surgimiento en los últimos años de partidos de distinta ideología pero con un objetivo común claro: la regeneración democrática. Pues bien, ingrediente esencial para lograrla es que el final de ETA sea un final en el que la democracia venza política y socialmente al terrorismo totalitario. Sin ese ingrediente, ya podemos lograr objetivos tan importantes como una reforma de la ley electoral que permita que se haga realidad el principio de igualdad del valor del voto con independencia del lugar de residencia y del partido al que se vote, o lograr una auténtica separación de poderes sin que el poder judicial sea invadido por los otros dos poderes del Estado, se puede conseguir que los órganos de control no estén copados por representantes de los partidos políticos, se puede, por fin, cambiar el modelo territorial para garantizar la igualdad de derechos de los ciudadanos españoles. Sí, se puede lograr todo lo dicho, pero si todo ello no va acompañado de la derrota política y social de ETA (la policial ya se ha obtenido) de poco valdrá todo lo anterior, la democracia española será una democracia herida y capitidisminuida.

En este contexto, los dos partidos, todavía, y por poco tiempo, mayoritarios han renunciado a esa derrota política y social del terrorismo totalitario. Primero fue el PSOE, con Zapatero y Patxi López; después le ha seguido el PP de Rajoy.

Precisamente este sábado se ha rendido homenaje en Andoain a Joseba Pagazaurtundua. Un homenaje al que no por casualidad se le ha dispensado por los medios dominados por el PPSOE, es decir, casi todos, escasa cobertura. Ha sido un homenaje sencillo, humilde, sin grandes montajes ni aspavientos, pero a la vez lleno de pasión por la verdad y la libertad. Pues bien, me gustaría traer a colación las palabras que en su día le dijo la madre de Joseba, Pilar Ruiz, a Patxi López: “Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos!".

Estas palabras, que tienen el aroma y la belleza de una maldición griega, se podrían dirigir también a Rajoy, y no sólo al Rajoy Presidente del gobierno, sino al aún candidato Rajoy, cuando tras el anuncio de ETA del cese definitivo afirmó que éste se había conseguido sin ninguna concesión política, obviando que la Alcaldía de San Sebastián y la Diputación de Guipúzcoa estaban en poder de Bildu tras habérsele permitido cinco meses antes a ese brazo político de ETA participar en la elecciones locales incumpliendo así la ley de partidos.

PP y PSOE han decidido cerrar los ojos y, lo que es peor, tratan de que todos los cerremos. Nos venden la paz, la ausencia de nuevos muertos, aunque sea a costa de mirar hacia otro lado ante la ausencia de libertad en muchos lugares del País Vasco y Navarra. ¿Alguien viendo lo que ocurre en esos sitios puede decir que el proyecto político de ETA ha sido derrotado? Parafraseando a Clausewitz, para ETA, como para cualquier organización totalitaria, la política es la continuación de la guerra por otros medios.

Es cierto que esa paz que nos venden PP y PSOE está siendo comprada por una mayoría silenciosa, la  misma que en buen número ya ha decidido no votarlos pero que aún tiene una mentalidad ahormada por ellos. Pero una democracia deliberativa también sirve para combatir esos lugares comunes tan cómodos y que invitan a la despreocupación. Así, hemos de conseguir, aunque se nos tache de aguafiestas, ser una mayoría de ciudadanos a los que no se nos puedan aplicar las magníficas y valientes palabras de Pilar Ruiz, una mayoría democrática que no cierre los ojos, que no diga ni haga cosas que hielen la sangre, que llame a las cosas por su nombre.

¿Regeneración de la democracia? Primer capítulo: Derrota política y social del terrorismo totalitario de ETA.