Rafa Cerdá Torres. Abogado.
Uno de los fenómenos televisivos de la temporada, el programa Salvados emitido en la Sexta a cargo de Jordi Evolé, se apuntó un tanto con la incisiva entrevista que realizó al escritor y periodista Arturo Pérez Reverte. El conocido autor no dudó en exponer un lúcido análisis de la actual situación de marasmo y parálisis que afecta a la sociedad española. Sin dejar prácticamente títere con cabeza, centró su pensamiento en la cierta permisividad social con la que los ciertos integrantes de la clase política han perpetrado sus desmanes de corrupción, frente a una ciudadanía muy crítica en sus discursos pero poco efectiva en el plano práctico. En pocas palabras, somos los españoles muy prestos a criticar pero nada diligentes en encauzar ese deseo de cambio a todos los niveles públicos e institucionales, salvo quizás el breve espejismo del 15-M engullido por intereses ajenos a su conformación inicial. En poco tiempo la racionalidad de sus planteamientos de puro contenido cívico, se vio sustituida por la demagogia de la política.
La entrevista a Pérez-Reverte me ha llevado a recordar una frase que nos retrata de cuerpo entero: "España es un país de ciudadanos que de lunes a viernes se sientes Presidentes de Gobierno, y los fines de semana son seleccionadores nacionales", es decir que todos y todas tenemos la solución a los problemas que nos aquejan como sociedad, y el resto son un atajo de burros o incompetentes. Nos crecemos, en una especie de auto convencimiento que nadie como uno mismo, para solventar los problemas de los demás. Sin temor a hacer el ridículo, exponemos soluciones y aportamos opiniones respecto a temas sin un mínimo conocimiento. Recuerdo con cierta gracia cuando un titular de la docencia llamaba al ministro de Educación de todo menos guapo a cuenta de la tan traída Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa, y tras una talentosa demostración de vituperios, alguien le preguntó sobre qué parte de la Ley le gustaba menos. Se hizo un estrepitoso silencio, respondiendo el docente que "ahora no me acuerdo pero TODA la ley es muy mala". Sobra decir que el aludido no había leído una coma de la normativa que tan ferozmente criticaba. Y así en tantos casos, la ignorancia es muy lucida, y también muy atrevida...
Cuestión que en el sector futbolístico adquiere dimensiones extraordinarias, ¿qué pasiones no desata el mundo del fútbol los lunes por la mañana tras la jornada de liga correspondiente? (vamos cuando se juegan la mayoría de partidos). Y pobre de ti como no seas del Barcelona o del Real Madrid, y peor todavía si el gusto por el deporte rey se reduce a la más absoluta nadería como es mi caso. Un ejemplo: la hijoputez de un entrenador como Pep Guardiola podía ser cambiada a una nueva calificación de ser casi divino en el intervalo de pocas horas, y por parte del mismo interlocutor, según el equipo de sus amores perdiera o ganara (aplíquese lo mismo a un seguidor del Real Madrid).
¿Presidente o seleccionador?, que cada cual elija, personalmente me quedo con el de espectador, sale más a cuenta.