Begoña Carrasco García. Portavoz del GMP en el Ayuntamiento y presidenta del PP de Castellón de la Plana
Bienvenidos a esta nueva ventana que ‘Castellón Información’ me ha brindado y que me va a permitir comunicarme con todos sus lectores semanalmente. Desde aquí me pongo a disposición de todos ustedes para abordar cuantas cuestiones de ciudad sean de su interés y en las que consideren que el Partido Popular puede serles de utilidad. Estamos para servirles y para ser el altavoz de sus demandas y reivindicaciones.
Arranco mi colaboración periodística abordando una noticia que, creo, ha pasado desapercibida ante tanto ‘ruido’ procedente de la política nacional por el nombramiento del nuevo Gobierno de España de Pedro Sánchez: la entrada en servicio de la nueva variante ferroviaria de Vandellós (Tarragona), y que ha recortando en media hora el trayecto Castellón-Barcelona. Hasta 4.000 personas diariamente se verán beneficiadas, pero a nadie se le escapa que este hito no es suficiente. Ni mucho menos.
La gestión del PP ha permitido importantes avances en la ciudad y la provincia en materia de infraestructuras. En el caso de las carreteras, destacan la Autovía de la Plana, los accesos al puerto, la autovía Mudéjar y desde el 1 de enero la liberalización de la autopista AP-7. Pero la gran asignatura pendiente sigue siendo el servicio ferroviario. Castellón está mal comunicada por tren.
Y todo a pesar de que se han dado importantes avances también de la mano del PP. Por ejemplo, con Mariano Rajoy llegó el AVE desde Madrid, recortando en una hora el tiempo del viaje y multiplicando las frecuencias. También se puso en marcha el servicio de Cercanías desde Castellón a Vinaròs, otro hito histórico.
Pero es evidente de que todavía queda mucho por hacer, y he aquí el quid de la cuestión: hay que cumplir la hoja de ruta de inversiones previstas sin más demoras. Las vías del tren no entienden de color político. Esto no es una cuestión de programas de izquierdas o de derechas, sino de voluntad política, y es aquí, desde la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez, de la mano de su ministro José Luis Ábalos, cuando ha ‘descarrilado’ el tren.
Las obras de adaptación al ancho europeo de la segunda vía del tren entre Valencia y Castellón para que también pueda circular el AVE por ellas se están eternizando, al igual que las de la estación. Deberían estar ya finalizadas, pero no hay ni plazo ni calendario. Al menos, eso sí, están en marcha, porque la situación es peor para la implantación del ancho europeo en el tramo entre Castellón y Vandellós. Solo se tiene constancia del anuncio de la licitación de la obra, pero nada más. El proyecto debería estar a punto de finalizarse, pero todavía no se ha cambiado ni una sola traviesa. ¿Y dónde está el acceso ferroviario al puerto por el sur? La inversión se anuncia año tras año, pero a día de hoy sigue estando todo en el mismo punto que en el año 2015. Si nada de lo anterior está hecho, ya ni hablar de la nueva plataforma ferroviaria específica para el AVE entre Castellón y Valencia, es decir, para que haya cuatro vías, que es la que debe acortar la hora de tiempo que ahora cuesta unir las dos capitales… ¡Ni rastro!
La impuntualidad se ha convertido en la marca de la casa. Los usuarios ya solo se conforman con que su tren no sea anulado a última hora o que no les deje tirados en medio de la vía. Y mientras tanto, el ministro José Luis Ábalos, el presidente regional Ximo Puig y la alcaldesa Amparo Marco, miran hacia otro lado.
Es lo que ocurre cuando las personas de las que hablaban que iban a salvar no son los castellonenses, sino sus amigos, colocándolos en todos los cargos habidos o por haber, o cuando las políticas sociales progresistas de las que hablan no están pensadas en atender el interés general, sino al partido que las ejerce. O peor aún, cuando los proyectos de ingeniería que se ejecutan no son de infraestructuras, sino la ingeniería social para perpetuarse en el poder con engaños. Contra viento y marea.
Castellón no merece más retrasos, más mentiras, más incumplimientos. Tras muchos años, seguimos sin ‘tren que vola’. Los proyectos están diseñados y son claros. Es hora de que se ejecuten. Por los castellonenses, por el futuro de la ciudad.
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