José Vicente Ramón Moreno.
En esta ciudad nuestra el tema de las obras hechas a destiempo y con gastos añadidos a lo que inicialmente podían costar no dejará nunca de sorprenderme.
Cuando ya parecía que en el trazado del TRAM estaban hechas todas las cosas que se tenían que hacer (obrar, romper y volver a obrar), cuando ya se ha conseguido no ceder en el uso de Ruíz Zorrilla para particulares hasta el paso del TRAM y hacerles dar una buena vuelta para dirigirse a sus casas, cuando se está comentando que vamos a tener unos pseudoautobuses en lugar de las unidades del TRAM que no serán ni pequeños ni ecológicos, etc., nos encontramos durante dos o tres semanas con los operarios que llevan los vehículos distinguidos por SMC (aunque sean subcontratas) generando nuevas obras (que podían haberse hecho en la primera ocasión que se instalaban los adoquines rosados del suelo) para crear zonas de detección de vehículos y algún que otro bolardo de acceso.
Supongo que será para no tener a dos o tres AMU’s controlando a los sufridos conductores para que no pasen por la ‘zona vetada’.
Yo no he leído que se vaya a dar un uso distinto a estos carriles del previsto inicialmente, por lo que todo aquello que no se hizo en su momento y se ha reformado en dos o tres ocasiones, desde las obras iniciales, está siendo un sobrecoste no previsto.
Creo que la época que estamos viviendo no permite este tipo de alegrías y sí obliga a tener muy en cuenta los gastos que se realizan en los proyectos de obra pública. TRAMitemos mejor estos gastos.
