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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

La provincia de Castellón tiene 86 municipios en riesgo de despoblarse según la Memoria del CES CV

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La población de las comarcas costeras del Baix Maestrat y las de la Plana Alta y Baixa creció en 2020 entre un 0,69 y un 1,43 por ciento y concita 529.907 habitantes de los 585.590 censados en la provincia

G. A. R. /Castellón Información

La Memoria del Comité Econòmic i Social de la Comunitat Valenciana (CES-CV) reitera que la despoblación, en especial de las comarcas del interior de la provincia de Castellón avanza, de forma lenta, pero imparable. De hecho, 86 de los 135 municipios castellonenses están en riesgo de despoblarse. Estas localidades forman parte de las 171 que corren ese riesgo en la Comunitat Valenciana.

La 'Memoria sobre la situación Socioeconómica y Laboral de la Comunitat Valenciana en 2020', del CES-CV alerta del problema y apunta medidas para atajarlo, medidas que pasan por la acción conjunta de las inciativas público-privadas que ayuden a construir un nuevo discurso de la ruralidad. Mientras, en su informe realizado a partir de los datos estadísticos del INE, apunta que loa población en riesgo desciende puntualmente en 2020, al pasar de 78.897 a 76.542 personas, el 1,51 por ciento las 5.049.415 censadas en la Comunitat a 1 de enero. Si bien se mantiene el número de localidades en riesgo alto, 73. Entre ellos, grupo del que salen dos localidades castellonenses, San Rafael del Río, Fuente la Reina y Jérica.

En la provincia de Castellón ese problema de vacío poblacional se da en localidades de Els Ports y el Alt Maestrat, son comarcas que han perdido población respecto a 2019. Así, en la primera de ellas, se ha pasado de 4.400 a 4.357 vecinos, un descenso de casi un punto, el 0.98; y en la segunda de ellas se pasa de los 6.657 censado en 2019 a los 6.622 de 2020, un 0,53% menos.

El efecto contrario se da en las poblaciones que se agrupan en la franja litoral o en zona industrial. Así, en la comarca del Baix Maestrat, que tienen municipios como Vinaròs, Benicarló Peñíscola, se ha pasado de los 81.871 vecinos a los 82.437 de 2020, con un crecimiento del 0,69 por ciento. En la Plana Baixa, con la Vall d'Úixó, Moncofa, Almenara, entre otros, también se incrementa el número de residentes que pasa de 191.015 en 2019 a los 192.283 al acabar 2020, con un aumento interanual del 0,66 por ciento. Sin embargo, son las poblaciones de las comarca de la Plana Alta y que reúne los servicios en torno a Castellón, la que más población concita, pasando de los 252.828 a los 256.455 de 2020, lo que supone una variación interanual del 1,43 por ciento.

A la vista de los datos estadísticos se puede afirmar que tres comarcas costeras de la provincia de Castellón, las Planas y el Baix Maestrat tienen censados 529.907 habitantes de los 585.590 de la provincia. Cifras que dan idea del desequilibrio entre el litoral y el interior.

La Memoria del CES-CV apunta que en 2020, “según los datos del INE, la pandemia por la covid-19 ha tenido un doble impacto sobre la Estadística de Migraciones y sobre las Cifras de Población. Por un lado, las restricciones de movilidad han producido una reducción de los flujos migratorios, tanto exteriores como dentro de nuestras fronteras. La mortalidad también se ha incrementado, por lo que el saldo vegetativo se ha reducido considerablemente”.

Añade también que “la gestión padronal por parte de los ayuntamientos, de la que se nutre la Estadística de Migraciones, se ha visto afectada porque los ayuntamientos no han podido trabajar con normalidad y porque los plazos administrativos sobre caducidad y comprobación de residencia de extranjeros se han visto ampliados”. Los últimos datos publicados en el padrón, datos provisionales, a 1 de enero de 2021 la población censada en la Comunitat Valenciana descendió en 7.938 personas, totalizando 5.049.415 personas, lo que supone un descenso de un 0,16%.

De acuerdo con los datos oficiales del INE que recogen la evolución de la distribución de la población en la Comunitat Valenciana para el periodo 2014-2020, en 2020, las tres provincias registraron un aumento de las personas empadronadas, a 1 de enero; y únicamente en seis comarcas bajó el padrón: una en Alicante, dos en Castellón y tres en Valencia. Así, Alicante suma 21.205 personas más empadronadas que en el año 2019, Castellón 5.628 y Valencia 26.751.

Distribución en costa e interior

Dato a tener en cuenta es la distribución de la población por comarcas costeras y de interior. El informe del CES-CV destaca la existencia de una concentración de habitantes en las comarcas costeras, 4 millones de personas, el 78,49% de la población.

La distribución de la población por sexo y edades también permite conocer la estructura poblacional. Así, de los 2.492.121 hombres empadronados en la Comunitat, 429.985 tienen más de 65 años; 1.683.834 tienen entre 15 y 64 años, y 378.302 tienen entre 0 y 14 años. En cuanto a las mujeres, de las 2.565.232 empadronadas, 551.767 tienen más de 64 años, 1.657.241 están entre 15 y 64 años y 356.224 mujeres tienen entre 0 y 14 años.

Una estructura demográfica envejecida y masculinizada es una de las características de la población que vive en el medio rural, tal como recoge el informe del CES CV. Es en este medio rural donde se registra un importante descenso del número de vecinos. Pérdida poblacional que se puede atribuir a causas como el descenso de los nacimientos y a la emigración a la costa o a las zonas industriales en busca de trabajo.

En la presentación de la Memoria el presidente del CES-CV, Carlos Alfonso, ya apuntó que durante los meses marcados por la pandemia, “han aumentado las carencias en zonas rurales y se han evidenciado los problemas en servicios como la falta de oficinas bancarias, la lejanía de los centros médicos y falta de otros equipamientos públicos que potencian la despoblación”.

Propuestas de acción
La descripción de la estructura demográfica de la Comunitat Valenciana evidencia unas carencias que se han de corregir. Para ello, el CES CV propone la construcción de un nuevo discurso de la ruralidad; la adopción de un enfoque territorial supramunicipal o subregional que complemente la visión municipal; el refuerzo de la cooperación público-privada para maximizar la movilización de los recursos territoriales; la adaptación de los procesos administrativos y marcos legales a la realidad del medio rural, o acometer una política integral de fomento de la iniciativa empresa-rial, en particular de la economía social, que ponga en valor el papel estratégico de la cadena agroalimentaria.

También estima precisa la puesta en marcha mecanismos de flexibilidad para dar respuesta ágil a las necesidades en materia de vivienda y suelo empresarial; introducir mejoras de la legislación en materia de protección medioambiental y protección territorial; el establecimiento de una política fiscal diferenciada en los territorios en riesgo de despoblación; la Mejora de la movilidad y conectividad para la equidad en el acceso a los servicios públicos, o impulsar medidas que permitan captar el talento joven, y especialmente el femenino, al medio rural incentivando la profesionalización.