Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón
Ante la nueva Ley de Educación, la Lomloe o 'Ley Celaá', hay quien pregunta si ha cambiado algo en relación con la asignatura de Religión y Moral católica. En este momento, solo está publicado el texto de la Ley. Aún faltan los desarrollos normativos para cada etapa educativa. A día de hoy, se puede afirmar que la Ley ha mantenido literalmente su compromiso con el cumplimiento de los Acuerdos Iglesia-Estado, en la disposición adicional segunda. Esto significa que la asignatura de Religión y Moral católica seguirá siendo área o materia en todas las etapas educativas, de oferta obligatoria por todos los centros, y opcional para las familias. Así pues, todos los centros –de iniciativa pública o social- han de ofertar esta asignatura y los padres podrán elegirla libremente. Es lo que piden los derechos fundamentales de libertad religiosa y el de los padres a la educación religiosa de sus hijos.
Ahora bien: Los padres, que deseen la clase de Religión para sus hijos, deberán inscribirlos a esta signatura personalmente en la inscripción para el próximo curso escolar, que comenzará en breve. Al hacerlo, los padres hacen uso de su derecho originario a la educación de sus hijos: ellos -y no el Estado-, son los primeros educadores de sus hijos. Los padres ejercen así su derecho a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones religiosas; un derecho reconocido por nuestra Constitución, cuyo ejercicio efectivo, libre y no discriminatorio el Estado ha de garantizar siempre. Los padres deberán velar para que los colegios cumplan con la obligación de ofertarla.
Señalo alguno de los motivos para elegir clase de Religión. Esta asignatura forma parte de la educación en la fe de los hijos, a la que los padres se comprometieron libremente al presentarlos para ser bautizados. La familia, la parroquia y la escuela son tres ámbitos distintos, necesarios y complementarios para esta educación. Esta asignatura ayuda al alumno en la formación de una personalidad sólida, libre, responsable y abierta a la trascendencia. Es un medio para crecer en el conocimiento de lo que significa la fe cristiana a la par que se van desarrollando los saberes en otros campos; los alumnos aprenden a darse y a dar razón de su fe en diálogo con cuestiones planteadas en otras asignaturas. La clase de Religión ofrece respuestas a las preguntas más profundas del ser humano y una serie de principios y criterios éticos y morales, de virtudes y de valores, siempre necesarios pero más en estos momentos de crisis.