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Analizar las posibilidades que abre para la industria enoturística la reciente puesta en marcha del aeropuerto de Vilanova-Benlloch ha sido el objetivo de la mesa redonda que ha inaugurado esta mañana la segunda jornada del Encuentro Internacional del Vino de Benlloch (BIWM 2015), que se celebra hasta este domingo en la localidad de la Plana Alta. Un debate que ha dejado entre sus conclusiones una idea clara: el aeropuerto es una “buena herramienta” al servicio del turismo en general, y del enoturismo en particular, pero antes “hay que crear destino”.
Así se ha expresado Francesc Colomer, presidente de la Agencia Valenciana de Turismo y del Consejo de Administración de la entidad pública promotora del aeropuerto, Aerocas, que ha compartido sesión junto al presidente de la Ruta del Vi, Sergio Garrido; e Ismael Sanjuán, presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vins de la Terra de Castelló.
“El aeropuerto puede ayudar a atraer hasta la provincia a gente con ganas de viajar y con poder adquisitivo, puede ser una gran oportunidad, y el enoturismo tiene un papel básico a la hora de acercar hasta el interior al turista de sol y playa, porque ofrece experiencias, pero primero hay que vertebrar el territorio en clave doméstica; hay que crear destino”, ha añadido. Y ello pasa por “paquetizar y unificar todos los recursos que tenemos, y que están dispersos, para convertirlos en un producto turístico diferenciador y poder comercializarlo”. “La responsabilidad de que funcione el aeropuerto es la de un conjuro colectivo, la de crear una alianza impecable entre el sector público y el privado”, ha señalado Colomer, al tiempo que ha insistido en que urge “resetear los preliminares del aeropuerto” y solidificar los cimientos del sector turístico provincial: “Tenemos la posibilidad de enlazar con mercados lejanos, pero somos los grandes desconocidos en el panorama internacional. Hay que mirar todo bien, para arrancar bien”.
Por su parte, el presidente de la IGP se ha mostrado optimista por el balance de pasajeros del aeropuerto desde que recibiera los primeros vuelos regulares en septiembre y ha instado al sector vinícola a “poner los medios, como ofertar catas o visitas a bodegas, para que ese volumen de viajeros nos afecte positivamente”. “Son turistas de costa, pero no estamos tan lejos de estos núcleos”, ha dicho.
La segunda jornada del BIWM ha seguido, tras la mesa redonda, con otra actividad dirigida a profesionales del sector: la cata de vinos italianos, los invitados de este año, en la que ha participado una treintena de bodegueros, enólogos y sumilleres. El gerente de calidad de la empresa Poderi delle Roche, Matteo Tamburini, ha dirigido la degustación de tres variedades de la región de Emilia Romagna: Pignoletto del Rubicane, un espumoso blanco; Albane di Romagna, un vino blanco único de esta región italiana; y el Sangiovese di Romagna (tinto).
La programación vespertina de esta segunda jornada estará dedicada al público general y tendrá como epicentro la carpa de la plaza de Sant Antoni, que ha resguardado de la lluvia al Recinto del Vino y de Food Truck’s, donde el público podrá maridar los vinos de Castellón con los menús que ofrecen las ‘caravanas gourmet’ mientras disfruta de las actividades teatrales (Café Sol, de La Cuca, 20.00 horas) y musicales previstas. Actuaciones que hoy tienen un nombre propio, el de Tom Bombadil, que saldrá al escenario a las 23.30 horas, tras el concierto de Morrigan. El BIMW encabeza así la recta final de su edición de 2015, que concluirá mañana con una jornada en la que destaca la cata popular de Vins de la Terra y la comida de pa i porta prevista, si el tiempo lo permite, en la plaza del Mercado.
