Acostumbro a decir a los líderes de equipos que una de las funciones principales de un líder es la de 'tejer'. Tejer lazos de confianza entre él y el equipo y viceversa, así como entre los propios miembros del equipo.
Y es que la confianza es el pilar estratégico en una relación de pareja y lo mismo sucede cuando trabajamos con equipos. Pero la pregunta que seguramente te estás haciendo es: ¿qué podemos hacer para tejer esos lazos de confianza? Y, ¿qué pasa cuando la confianza se rompe? ¿Podemos recuperarla?
En el siguiente artículo voy a contarte de forma muy resumida qué puedes hacer como líder para generar confianza, mantener confianza, cómo se destruye la confianza y cómo se recupera la confianza.
En primer lugar, la mejor forma de construir confianza es a través del contacto y de las conversaciones. Pasar tiempo junto a tu equipo y tener conversaciones de calidad ayuda, y mucho, a mejorar los lazos entre todos vosotros.
En relación con qué tipo de conversaciones podéis tener, estas pueden ir desde hablar desde cosas básicas y personales para conoceros más, hasta otras más serias y profesionales como encontrar posibilidades de colaboración en proyectos, dentro del equipo, que hagan que tu colaborador se sienta importante y partícipe del equipo.
También las conversaciones que giran en torno al feedback y la mejora de tus colaboradores son muy valoradas, ya que ayudan a que tu equipo se sienta importante y cuando alguien se siente importante su compromiso aumenta.
Pero no basta con establecer lazos de confianza dentro del equipo, también es necesario mantenerlos. La confianza, al igual que las relaciones de pareja, si no se cuida se va desgastando. Por eso, es importante que dediques momentos a apreciar y valorar a tu equipo. Escapadas fuera de la oficina y/o buscar momentos también en la oficina para poder celebrar ayuda mucho a mantener tensionados y fuertes esos lazos de unión entre todos vosotros.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y muchas veces la confianza se rompe. Se rompe por cosas como los reproches, las quejas, las acusaciones entre los miembros del equipo y su líder. Especialmente cuando no se gestionan los conflictos adecuada o sencillamente no se afrontan.
También cuando la confianza se rompe o el líder no actúa de forma coherente, honesta y transparente, los miembros del equipo pueden tender a no decir lo que piensan y lo peor es que lo dicen fuera del entorno adecuado donde puede solucionarse (las reuniones). Es lo que llamamos los 'inconversables' que acaban afectando a la relación entre los miembros del equipo.
Por último, un liderazgo que transmite miedo o un excesivo control por saber qué hace el empleado, llegando incluso al 'micromanagement', hacen que la confianza se resienta y que se pueda romper.
¿Y qué hacer cuando la confianza se rompe?
Pues básicamente solo hay dos opciones; y cuidado porque el hecho de que tú como líder lo hagas no implica que tu equipo te vaya a perdonar. Pero desde luego, si no lo haces nunca recuperarás la confianza. Y no vale mirar hacia otro lado porque tú eres el jefe, o hacer como si no pasase nada y ya se le olvidará a la otra persona. Incluso tratar de compensar la cagada con cualquier cosa que creemos puede compensar el error, etc.
Si te has equivocado, toca agachar la cabeza y pedir disculpas. Y no solo eso, las disculpas deben ir acompañadas de hechos. Es decir, muestras evidentes de que tu comportamiento ha cambiado con él o ella y que realmente estás decidido a recuperar la confianza de tu empleado.
Espero que este artículo te haya ayudado a cumplir una de las tareas más importantes que cualquier líder tiene, que no es otra que ser un tejedor nato de confianza allí por donde va.
¿Necesitas ayuda tú y tu equipo?