Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
La opinión pública española, que no siempre suele ser coincidente con la publicada en todos los medios de opinión, tanto televisivos, como radiofónicos o escritos de todo índole, en estos momentos se muestra desconcertada, por la situación política en que nos vemos inmersos.
Llevamos tres Elecciones Generales consecutivas entre diciembre de 2015 y abril de 2019 y no hay manera de poder formar un gobierno estable.
Para que les resulten más comprensibles y fáciles de analizar los escaños conseguidos por cada uno de los partidos en todos esos procesos electorales, se los resumo en el cuadro que adjunto a continuación:
El resto de los escaños se lo adjudicaron fuerzas independentistas, nacionalistas o regionalistas, que en cada caso hasta estas más recientes eran las que permitían o impedían la conformación de un gobierno al completar el mínimo de 176 escaños en las investiduras.
Es decir, que aunque suene muy duro reconocerlo, se tenían que comprar esos escaños al precio que quisieran venderlos los partidos imprescindibles para poder formar gobierno y siempre han sido nacionalistas o independentistas.
Pero curiosamente, las últimas elecciones fueron convocadas después de una Moción Censura llevada a cabo por Pedro Sánchez y apoyadas por Podemos y esos partidos independentistas o nacionalistas.
Le apoyaron todos ellos, imagino que considerando todas las ventajas o prerrogativas que podrían conseguir a la hora de formarse un nuevo gobierno y cuyas bases fundamentales por supuesto quedarían establecidas en los pactos de la Moción de Censura pendientes de los últimos detalles.
Por eso Pedro Sánchez que había prometido que las elecciones se llevarían a cabo inmediatamente después de dicha Moción, las demoro muchos meses, para tratar de conseguir unos resultados,solo o acompañado por su socio prioritario que iba a ser Podemos, pero no pudo llegar a conseguir los 176 y de nuevo quedó en manos de grupos empeñados en acabar con la Constitución vigente y sabedor Sánchez, de que aunque alcanzara un pacto con Podemos, tendría que acceder a exigencias del resto que él no podría conceder sin faltar a la legislación vigente, parece haberse rendido a la evidencia.
No cede ante Podemos, para no potenciarles y ahora lleva ya cien días “mareando la perdiz”, desviando hacia sus contrincantes la responsabilidad de unas nuevas elecciones, en mi opinión inevitables en noviembre y desarrollando una labor mediática cada día en todos los telediarios de todas las televisiones y emisoras de radio adictas a su régimen y en las portadas de todos los periódicos que sintonizan con ellos en virtud de la publicidad que reciben de las estructuras del Estado.
Es decir que de diciembre del 2015 a noviembre del 2019 tendremos cuatro elecciones generales, a una por año de media sin poder confeccionar un solo Gobierno estable por obra y gracia de nuestro Presidente en Funciones.
Mucho me temo que en noviembre, las cosas apenas van a cambiar, y quizás haya un trasiego de votos de Podemos al PSOE o entre PP-Ciudadanis-VOX de unos a otros, pero en ningún caso creo que ni el grupo de izquierdas ni el derechas van a poder alcanzar los 176 escaños imprescindibles para poder dar estabilidad a un gobierno sólido y habremos perdido el tiempo miserablemente.
Indudablemente Pedro Sánchez ha demostrado palpablemente después de tres intentos fracasados de ser investido que no está capacitado para encabezar la solución al problema que él mismo ha creado, entre otras cosas porque nadie cree en él.
Ni Casado, ni Albert Rivera, ni siquiera Pablo Iglesias y mucho menos Santiago Abascal, van a apoyarle cuando él les ha negado el pan y la sal a todos ellos, traicionándoles cuando ha tenido la ocasión de hacerlo.
¿Por qué no buscar entre todos ellos a una figura política independiente de consenso, para formar un gobierno de concentración nacional, que permitiera llevar a cabo los cambios constitucionales imprescindibles, para evitar en el futuro este círculo vicioso del que no sabemos cómo salir?
Incluso si quieren revestirlo de mayor autoridad moral, quizás los acuerdos se podrían hilvanar antes de las elecciones, para que si llegado el momento, todo sigue igual que está ahora o muy parecido, tener ya decididas las personas y decisiones a tomar.
No pasa de ser una opinión personal mía o una sugerencia, pero habrá que encontrar el sistema de ballotage que tienen en Francia, o la prima de escaños que se otorga en Grecia al partido ganador o cualquier otra solución sensata y darle cabida en nuestra Constitución con el apoyo de los dos tercios requeridos, y acabar de una vez por todas con esta agonía constante y esa dependencia incomprensible de quienes quieren quebrantar nuestro sistema legal y acabar con la unidad de España.
Hasta la semana que viene amigos.