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martes, 11 de febrero de 2025 | Última actualización: 20:31

Compartir es nuestra mayor riqueza”

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Cada mes de febrero, Manos Unidas presenta su Campaña anual contra el hambre y la pobreza entre los más desfavorecidos de la tierra. Este año lo hace bajo el lema “Compartir es nuestra mayor riqueza”. Desde 1959, esta Asociación de la Iglesia Católica en España trabaja contra el hambre y la pobreza en el mundo y por el desarrollo de los países y pueblos más empobrecidos de la tierra. A través de proyectos concretos está ayudando a mejorar las condiciones de vida de millones de seres humanos. Por desgracia quedan aún muchos desafíos. La pobreza sigue golpeando a muchas personas en ámbitos tan básicos como el acceso al trabajo digno, la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda, la salud, la educación, la participación o un medioambiente adecuado. Aproximadamente 733 millones de personas pasan hambre en el mundo y 700 millones viven en pobreza extrema.

El hambre, la pobreza y la desigualdad en el mundo –consecuencia de una prosperidad no compartida- son contrarias al plan de Dios. Hay muchas causas estructurales de esta situación. En su raíz aparecen siempre el egoísmo personal y de grupos y la insolidaridad entre los pueblos. En muchas ocasiones, el afán de lucro desmedido se pone por encima de los derechos de las personas y de la justicia debida a personas y pueblos. Se olvida la dignidad inherente a todos los seres humanos por ser criaturas de Dios. Dios ha hecho un solo mundo sin distinción ni privilegios, para que hagamos de esta tierra una casa común y caminemos hacia la fraternidad universal.

Manos Unidas apela a cada uno de nosotros, a toda la sociedad y a los gobiernos a compartir la riqueza. No nos podemos cerrar a nuestros hermanos que pasan hambre, sufren la miseria, son víctimas del egoísmo insolidario y viven la opresión de la injusticia infligida por sus propios hermanos. Manos Unidas nos recuerda que compartir es nuestra mayor riqueza y que hacerlo es lo que importa si queremos ayudar a cambiar la situación. Compartir exige un cambio de mente y de corazón, de actitudes y de comportamientos, del modo de organizar la sociedad, el comercio y la relación entre los pueblos. Es necesario un cambio profundo y una renovación moral así como generar nuevas relaciones entre las personas y los pueblos y formas nuevas de situarnos ante la creación y sus recursos.

El Papa Francisco en el presente Jubileo de la Esperanza nos pide ser signos de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria: “Es necesario que cuantos poseen riquezas sean generosos, reconociendo el rostro de los hermanos que pasan necesidad”. Colaboremos con generosidad con Manos Unidas en la colecta de estos días.