Mientras la lógica parece indicar que los equipos de nuestro deporte Rey, suelen brillar más y mejor contra otros más débiles, le pura realidad viene a demostrarnos todo lo contrario.
La prueba más evidente, la hemos vivido en tan solo cinco días a final de septiembre del 2022, dentro de nuestro grupo, en el que nos hemos enfrentado en los dos partidos trascendentales a Suiza y Portugal.
El equipo helvético, con un futbol primitivo y rudimentario, basado en la potencia física y el dominio del juego aéreo en las dos zonas, tanto defensiva como atacante, nos ganó en Zaragoza sin apenas hilvanar más allá de media zona de jugadas entre el centro del campo y la portería española.
Los portugueses, mejor que los suizos en todos los aspectos y sentidos del balompié, cayeron derrotados en Braga ante una selección española bien aleccionada, con un Rodrigo como defensa central ocasional junto a Pau Torres en una segunda parte de muchísimo nivel físico y técnico.
En el primer tiempo, siguió España con el futbol monocorde y aburrido y sin crear ni una sola ocasión de peligro en el área lusitana.
Una tarjeta en los primeros cuarenta y cinco minutos a Hugo Guillamón, por una entrada fuerte a Cristiano, trajo consecuencias positivas, con la entrada del trio de centrocampistas del Barcelona, formado por Gavi, Busquets y Pedri, que le cambiaron el ritmo y la velocidad en la zona de creación, desconcertando en gran medida a los portugueses, relegando al banquillo tanto a Koke como a Carlos Soler, que habían aportado muy poco.
Con la entrada de Yeremi Pino y Nico Williams por Ferrán Torres y Sarabia muy avanzado ya el segundo tiempo, empezó a desbordar con un fútbol rápido y creativo.
Sabedores de que para clasificarse para la fase final de la Copa de las Naciones en Junio de 2023, era necesario ganar este partido, aumentaron la presión los españoles en todo el campo y la velocidad de los movimientos y a falta de apenas dos minutos para el final del partido, Carvajal progresó inteligentemente por banda derecha y desde fuera del área grande portuguesa cambió al segundo palo un centro bombeado, que devolvió al palo contrario Niko Williams, donde nuestro ariete por excelencia Morata lo mandó a las redes perfectamente.
Una jugada, que rompía un maleficio para nuestra selección, que desde hacía más de ochenta años no había sido capaz de ganar en su propio campo a la selección con camiseta verde y roja.
La suerte, una vez más le ha sonreído a Luis Enrique, que como muy bien solía decir Luis Aragonés, “ha nacido un flor en el culo”.
Este resultado, no solo nos clasifica para la fase final de Junio del 2023, sino que es una inyección trascendental de ilusiones y esperanzas de cara al Mundial de Qatar que comenzará en apenas mes y medio.
No parece aventurado, pronosticar que en la convocatoria definitiva que se dará en pocas semanas, van a estar más del noventa por ciento de los que han participado en estos dos encuentros.
Sólo alguna lesión inesperada o la recuperación de alguno de los habituales hasta ahora como Gerard Moreno y Oyarzabal o Rodrigo Moreno, podrían aparecer si se recuperan y se ponen en forma en tan corto espacio de tiempo.
Enhorabuena a los que han logrado clasificarse y ahora a disfrutar de lo conseguido, sin dejar de insistir en los aspectos positivos que nos han dado la clasificación, aunque haya sido en el último suspiro.
Hasta la semana que viene amigos.