Begoña Carrasco. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón
SÍ a que Castellón de la Plana tenga un Plan General. En eso estamos absolutamente de acuerdo. Pero no a cualquier precio. No al precio que los partidos del Acord de Fadrell en el Ayuntamiento de Castellón van a hacer pagar a los castellonenses. Un precio que afectará en la pérdida de oportunidades, en la calidad de vida, en el desarrollo de la ciudad hacia el mar, en la perdida de competitividad, en la capacidad de atracción de industria e inversiones y por tanto, en la generación de nuevos puestos de trabajo…
Y esto será así porque el Plan General Estructural que el equipo de gobierno de PSOE, Compromís y Podemos ha aprobado en el pleno municipal de esta semana ha sido aprobado marcado por la falta de diálogo con vecinos, entidades y organizaciones de la capital de la Plana, obviando sus legítimas aspiraciones y sus propuestas.
Ese es el gran problema. El gobierno de izquierdas de Castellón cree que la ciudad es suya, solo suya. Pero Castellón es de todos. Por eso desde el PP defendíamos a que el documento más importante de la capital, porque regirá su devenir en los próximos 20 años.
El equipo de gobierno no ha explicado a los vecinos de la Marjaleria que para legalizar sus viviendas deberán estar por encima de la cota de inundabilidad, es decir, tendrán que hacerlas completamente nuevas. Ni que van a tener que instalar depuradoras en sus viviendas. Ni cómo les van a afectar a cada uno de los propietarios la pérdida de edificabilidad en una o dos alturas en más de 100 calles de la ciudad. Ni que a los propietarios de Senillar, Litoral, Mestrets, Borriolench… no les van a dejar desarrollar urbanísticamente su suelo. ¿Dónde se van a implantar las empresas, si al recorte del suelo industrial que ya se preveía en el Plan General se suma ahora otro adicional de casi otro millón de metros cuadrados? Que se lo expliquen al Puerto, principal ente perjudicado, y con él la creación de empleo y crecimiento económico de la ciudad.
La izquierda sigue instalada en su no. Demonizan el urbanismo, cuando precisamente es la vía para organizar y preservar el territorio. El Plan General que Amparo Marco va a aprobar condenará a Castellón a ser menos capital, a tener menos proyección.
En el propio documento que el gobierno de Castellón ha aprobado provisionalmente, recoge este balance del Plan General anterior, el que estuvo en vigor durante el mandato del PP: “En los 12 años transcurridos desde la aprobación del Plan General en el año 2000 hasta su anulación por el Tribunal Supremo, en la ciudad de Castellón hubo una transformación sin precedentes, desarrollando urbanísticamente un gran número de zonas, ejecutando grandes infraestructuras y construyendo equipamientos públicos”. Es decir, el Partido Popular sí generó progreso y oportunidades. Veremos qué legado van a dejar el PSOE, Compromís y Podemos con el plan que imponen a los castellonenses.