La última campaña citrícola deja poco margen a los agricultores que ven como los costes no hacen más que incrementar y buscan soluciones más sostenibles y proximidad
Problemas para el campo de Castellón que tendrá que buscar otras soluciones si no quiere sufrir en sus ciernes la subida todavía mayor de los precios por la guerra de Ucrania. El coste de los abonos se ha incrementado un 254% y además el principal productos de fertilizantes ha frenado máquinas. Los agricultores ponen ahora el foco en buscar soluciones más sostenibles y de proximidad para así encontrar un margen de beneficio económico
M.G//Castellón Información
No hay mal que por bien no venga. Esta expresión podría entenderse mejor si nos centramos en la especulación de los precios que se ha visto motivada tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Estos dos países del Este europeo son dos de los principales productores de materias primeras que se utilizan para la agricultura. Y el aumento desmesurado de los precios podría lastrar también la labor de los agricultores de la provincia de Castellón. El coste de los abonos ya estaba en niveles desorbitados, desde que Putin decidió invadir Rusia, todavía han subido más, hasta un 254% de media y "hay poca disponibilidad", según reflejan los datos aportados por el Sindicato de Regantes de Vila-real.
La luz, otro incoveniente
Su presidente, Pascual Broch cuenta a Castellón Información que otro de los problemas es el alto coste de la luz, que ha subido un 100%. "Hemos pasado de pagar 200.000 a 400.000 euros", lamenta. Por surte, "esta semana ha llovido y la próxima parece que lloverá más por lo que esto nos ayudará".
También ha aumentado el precio de los fitosanitarios al ser derivados del petróleo, pero en un 30, 40%. Añade que "la situación en el campo es de preocupación y desconcierto".
Otro problema añadido es que el mayor productor mundial de fertilizantes, una compañía noruega, ha reducido la producción en sus plantas en Italia y Francia como consecuencia de los precios récord del gas natural en Europa.
Productos de mayor calibre
Por su parte, desde Cítrics de Nules, su presidente José Manuel Ripollés expone su "inquietud" ante la dificultad de vender productos con calibres pequeños: "Los colocábamos no sin dificultad en países como Ucrania, Bielorrusia y Rusia, y ahí ahora va a ser imposible". "Tenemos que hacer grandes calibres porque tenemos que vender este producto y que no se quede colgado del árbol y que además puedan dejar un margen económico favorable".
Eso sí, Broch confía en que a la larga "todo se centre en la proximidad y en la utilización de métodos más sostenibles". Si bien se cerró una mala campaña de los cítricos, "ahora se buscarán otras fórmulas de autoconsumo más sustentables".
