Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Durante la semana pasada se han producido tres acontecimientos más, que vienen a demostrar la delicada situación en que vive España.
Por primera vez y de una manera indudable, tenemos un enorme problema de dimensiones imprevisibles, generado por nuestro Poder Judicial.
El Tribunal Supremo tomó una decisión un día, para desdecirse inmediatamente el día siguiente y acabar convocando un Pleno de sus 31 componentes para el lunes 5 de Noviembre, en el que presumiblemente van a posicionarse de una manera definitiva, aunque desde ahora me atrevo a anticipar, que sea cual sea la decisión que tomen va a acarrear muy graves consecuencias e insatisfacciones entre los españoles.
En principio, decidieron que los Impuestos Jurídicos documentados, inherentes a los préstamos hipotecarios, que hasta ahora eran asumidos por los clientes beneficiarios de los mismos de acuerdo con lo pactado por cada banco con su cliente en el momento de firmarse la hipoteca, deberían de ser asumidos por los bancos por decisión del Tribunal Supremo.
Este impuestos se les paga a las Comunidades Autónomas directamente y en cada una de ellas se pagan tipos diferentes, por lo que racionalmente, los clientes de los bancos que en su día abonaron esos Impuestos, deberán de reclamarlos a cada Autonomía, para que se les abonen y luego estas teóricamente tendrían que apremiar a cada Banco para que ingresase las cantidades correspondientes.
Es decir que si ya tenemos los Juzgados llenos de pleitos que se demoran durante años antes de solucionarse, ahora se les acumularán cientos de miles de reclamaciones en todos los sentidos, sea cual sea la determinación que se tome en quince días aproximadamente.
De momento en los primeros cinco días desde la publicación de la noticia, al sistema bancario español se le ha creado una merma de capitalización en bolsa de mas de 10.000 millones de euros, creándose una inseguridad jurídica de muy difícil evaluación tanto para los inversores españoles, como sobre todo para los internacionales, que han salido a escape ante tan absurdo problema.
Ni soy abogado, ni tengo unos conocimientos profundos del sistema judicial español, pero me resulta difícil de entender que un contrato firmado entre las dos partes libremente aceptando cada una de ellas las condiciones que suscriben, pueda ser anulado sin más por un Tribunal por muy Supremo que sea y mucho menos que sea con efecto retroactivo.
No pongo en duda la buena voluntad de los componentes del Supremo que tomaron esa decisión, pero no llego a entender que se publicara sin evaluar los terribles problemas de todo tipo que iba a acarrear de llevarse adelante.
Ahora el problema se duplica, porque se haga lo que se haga siempre quedaran agraviados y descontentos, por la precipitación y falta de previsión de los efectos secundarios que podría acarrear una decisión poco elaborada, antes de ser publicada.
Y no lo digo yo, sino que lo confirman desde el mismo Tribunal Supremo, cuando, al día siguiente, postergan la decisión final dos semanas, para poder dictar sentencia.
Puestos a mal pensar y en vista del hundimiento bursátil general creado en apenas cinco días, dejando a la Bolsa española en mínimos históricos y habida cuenta de que su recuperación o hundimiento total queda en manos de los miembros del Tribunal Supremo, no estaría de más analizar los movimientos de capitales de todos ellos y de sus familiares y amigos en los próximos días, aunque siempre podrán recurrir a testaferros si quieren hacerlo sin ensuciarse las manos, como le ocurrió a Borrel en el tema de Abengoa, que tampoco ha sido suficiente para que dimitiera.
En mi opinión esto pertenece a la Crisis del Estado, porque afecta al Poder Judicial, independiente, teóricamente del Ejecutivo.
La Crisis del Gobierno, se concreta cuando los Presupuestos Generales del Estado de 2019, se acaban defendiendo por un Diputado de un Partido que no forma parte del Gobierno (Pablo Iglesias) en la cárcel de Lledoners con un presunto delincuente golpistas independentista catalán que dispone por lo visto del espacio privado adecuado para atender temas tan peculiares como este.
De Cataluña viaja a Waterloo con el mismo propósito, para despachar el tema con un prófugo de la Justicia Española, tan cobarde como cínico y después al País Vasco, para cerrar la cuadratura del círculo con los nacionalistas e independentistas, a los que no sabemos lo que ofreció ni lo que le pidieron ellos, para aprobar los Presupuestos, aunque Pablo Iglesias al terminar su tourné Vicepresidencial “in pectore” soltó con su cinismo habitual que “Ahora el presidente ya sabe lo que tiene que hacer” es decir que le habían encomendado una misión y él la había llevado a cabo con toda diligencia y precisión, para rendirle cuentas al volver, sin que Pedro Sánchez tuviera que ensuciarse las manos con visitas tan absurdas como irracionales, pero imprescindibles para conseguir sus objetivos.
Solo me queda una duda: ¿Fue un viaje para aprobar los presupuestos del 2019 o para articular el nuevo frente popular socialista, comunista, populista e independentista a imagen y semejanza de 1936?
Ante la proximidad de las Autonómicas y Municipales dentro de seis meses, no me parece descabellada esa idea, ya que intentaran garantizarse todo el poder autonómico y municipal que puedan para llegar a las generales mejor posicionados.
Y la guinda al pastel nos la pusieron ayer todas las televisiones públicas de
Tele Podemos, Tele Compromís y Tele Roures, sacándonos a nuestro indigno Presidente (en mi opinión) donando sangre en la Moncloa a donde se desplazó un equipo de extracción con el único propósito de presentarnos a Pedro Sánchez como un español solidario con nuestras tropas en Misiones de Paz en el extranjero.
Como donante de sangre durante muchos años (mientras pude darla hasta los 65 años) me avergoncé de tener como Presidente a este inepto, que aún no se ha enterado que la Solidaridad como la Caridad, se ejerce desde el anonimato y que en España hay millones de donantes y cientos de centros para donarla, sin tener que pedir que le lleven un equipo a su casa para donarla ni que haya tantas televisiones pendientes de ese gesto, que mas que ejemplar me ha parecido grotesco y propio de un personaje tan innoble como lo es él.
Solo vive para vender su imagen, porque no puede vender ni sensatez, ni sentido común ni una inteligencia media, ni honradez, porque aun le están esperando en el Senado, donde se comprometió a comparecer y a última hora no fue a rendir cuentas y explicar su Tesis Doctoral, en mi opinión tan falsa como lo es él mismo.
Hasta la semana que viene.
