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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Cuestión de actitud

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Pau Ferrando. Professor d'Història i Geografia. Regidor de Compromís a l'Ajuntament de Benicàssim i Diputat Provincial de Promoció Econòmica i Relacions Internacionals.

Es innegable que nos encontramos a las puertas de una nueva etapa dentro y fuer a de la Unión Europea. Con una crisis post-covid que sabremos o no gestionar en función de que sepamos medir nuestras decisiones como potencia económica, social y moral a nivel mundial.

Si desde 1993 el proceso de convergencia europea ha sido un altibajo de buenas intenciones y esperanzas, frustrados una y otra vez por los mismos dogmatismos de siempre, cabe decir que en esta ocasión, la crisis sanitaria ha mostrado todas juntas las carencias de autoridad y moralidad del proyecto europeo. Falta de compromiso, unidad y honestidad en la gestión de fondos, dilatando en el tiempo su aplicación en los sectores más necesitados. Ausencia de firmeza y capacidad de resolución en su tramitación, agravando la crisis y creando expectativas que tardarán en cubrirse.

A todo esto debe sumarse la falta de coherencia moral en el absurdo mercadeo con las marcas farmacéuticas, dejando en evidencia que para muchos de sus dirigentes será siempre más importante aquellas empresas que poseen las patentes que la salud de su propia población. Ya no hablemos de aquellos que están más allá de nuestras fronteras, ligados irremediablemente a nuestra estructura socioeconómica. Doscientos años de filosofía lanzados por la borda. Una ilustración a la que se le fundieron los leds de tanta hipocresia.

Pero no todo son malas noticias. El New Green Deal ha venido para quedarse. El pacto verde europeo pretende transformar el modelo energético y con él, el territorio. Desde la Diputació de Castelló lo supimos ver y fuimos la primera institución del estado en sumarnos. Construir Europa desde los cimientos, desde el territorio. Con la solidaridad, el compromiso, la sostenibilidad, la tolerancia, la multiculturalidad y porqué no, con aquello que ha definido y diferenciado el espíritu europeo, que empezó a construir nuestra unión y que intenta ser destruido por dogmáticos y neoliberales: la libertad, igualdad, fraternidad, laicidad, progreso, razón y emancipación. Esa es nuestra bandera. Lo que determina nuestra occidentalidad. Defenderla es cuestión de actitud.