La empresa Esencias dels Ports destinada a producir y destilar la lavanda o el lavandín se ha convertido en referente en la Comunitat Valenciana y es un atractivo para el turismo rural atraído por este tipo de cultivos
Ramón Pardo/Castellón Información
El cultivo de plantas aromáticas para extraer sus esencias y convertirlas en aceites y productos de higiene corporal es una alternativa a la agricultura y ganadería tradicionales que comparten protagonismo en Els Ports con el monocultivo del turismo rural. Con la perdida de tejido industrial en la comarca, en los últimos años han ido surgiendo proyectos emprendedores que empiezan a tomar carta de naturaleza, como el de Quesos de Catí o el de Esencias dels Ports, en Cinctorres.
El culto al cuerpo y a la imagen que marca a la sociedad actual generan una serie de negocios a su alrededor que revitalizan la economía. Es el caso de la firma Esencias dels Ports que ha impulsado desde hace ya diez años un negocio que dinamiza la comarca y genera riqueza, al tiempo que permite la recuperación para el cultivo del espliego o el lavandín, entre otras plantas aromáticas, bancales abandonados.
No cabe duda que es un tipo de negocio que huele muy bien, puesto que se genera al transformar la lavanda o el lavandín en productos de belleza e higiene, aderezados con los aromas que desprenden estas hierbas aromáticas que la empresa de Cinctorres cultiva en las poco más de 100 hectáreas de terreno que poseen. Si hace diez años la iniciativa era arriesgada e insólita, como reconocía entonces Daniel Guardiola impulsor de la cooperativa de plantas aromáticas, ahora la cooperativa ha mudado a empresa y esa empresa se ha convertido en un referente en la producción de plantas aromáticas en la Comunitat Valenciana.
En la zona el cultivo del espliego era el más extendido y en la actualidad, con esta iniciativa empresarial se han incorporado variedades como la lavanda o el lavandín, que son la base de los productos que Esencias dels Ports recoge y lleva a una planta de destilación, para hervirlas y extraer, por decantación, los aceites y esencias aromáticas que se convierten en cremas, productos de limpieza corporal y del hogar o velas, entre otros.
Además, este tipo de cultivo resulta, incluso, más rentable que el del cereal. Y si se toma como referencia los datos de la pasada campaña esto es así, porque si por una tonelada de trigo se pagaron 175 euros, el kilo de aceite de lavandín grosso se cotizó a a 20 euros en los mercados mayoristas y, como indicaba entonces Albert Guardiola, responsable de la empresa, si se tiene en cuenta que de una hectárea de hierbas aromáticas se pueden obtener hasta 65 kilos de aceite, el cálculo nos da unos 1.300 euros, una buena cantidad.
Esencias dels Ports genera sinergias con otras actividades que se realizan en la comarca. Sus campos de cultivo y sus instalaciones son punto de paso en el tiempo de floración, el verano, de las visitas guiadas realizadas por la empresa comarcal Viu Els Ports. Visitas que también recibe la singular plantación de azafrán en La Mata, gestionada por la empresa Entre flors. Iniciativa impulsada por un grupo de jóvenes emprendedores de la zona. Y es que poder pasear entre campos de lavanda o de azafrán es un atractivo más que añadir a los valores de un turismo de interior, inmerso en la naturaleza y que cotiza, cada vez más, al alza.
Iniciativas emprendedoras como la de Esencias dels Ports o la Cooperativa Quesos de Catí, con varios premios internacionales a la calidad de sus quesos en su haber, son clavos a los que agarrarse para retener la población en estos municipios que luchan contra el fenómeno del despoblamiento.