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El secretario autonómico de Cultura y Deporte, Albert Girona, y la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga han visitado esta mañana, acompañados por el alcalde de Betxí, Alfred Remolar, las obras de restauración y recuperación del entorno del Palacio Castillo de los Condes de Alzira de la localidad de Betxí.
Se trata de la segunda fase de las actuaciones de puesta en valor de este edificio que constituye uno de los máximo referentes de la arquitectura nobiliaria valenciana de mediados del siglo XVI, puestas en marcha por el Ayuntamiento de Betxí y cuyo seguimiento arqueológico será realizado por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.
En concreto, esta segunda fase cuenta con la ayuda del 1,5% cultural del Ministerio de Fomento, que se dedica a trabajos de conservación o enriquecimiento del Patrimonio Histórico o al fomento de la creatividad artística, que se suma a las aportaciones de la Diputación de Castellón, el Ayuntamiento de Betxí y la Generalitat, por un importe global de 600.000 euros.
Este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, inscrito con fecha 3 de marzo de 1997 en registro BICs del Patrimonio Histórico Español. Además está considerado como yacimiento arqueológico y de esta forma se halla incluido en el inventario de Yacimientos arqueológicos de la Conselleria de Cultura.
Con la intención de ir paulatinamente recuperando el patrimonio de Betxí, el Ayuntamiento ha ido encargando a lo largo de los años varios estudios e informes para divulgar y estudiar en profundidad este edificio.
Las diferentes actuaciones arqueológicas que se han realizado en el palacio, desde el año 2008, han permitido esclarecer las etapas constructivas del inmueble , así como la eliminación de los elementos impropios del claustro renacentista. Asimismo se ha reforzado los elementos en peligro de caída y se ha consolidado y protegido la cornisa de piedra renacentista. Por último, se han guardado y conservado en una de las salas de la Casa de Pascual Meneu los elementos de interés pertenecientes a las construcciones desmontadas, para su restauración en fases futuras de actuación.
En esta segunda fase se realizará la adecuación del entorno del Palacio, donde se ha derribado una casa adyacente, se ha peatonalizado la Plaza Mayor y se han sacado a la luz dos torres del XVI, se restaurará diversas dependencias de la planta baja de la antigua casa Pascual Meneu y se recuperará el patio como jardín público.
Por último, está previsto realizar tres fases más de actuaciones en el Palacio, que consistirán en la adecuación de la primera planta de la Casa de Pascual Meneu, la recuperación del Teatro Modernista ubicado en esta primera planta, y por último, la actuación en las tres estancias ubicadas en la segunda planta del edificio.
Elemento excepcional de la arquitectura valenciana
El Palacio de Betxí, de titularidad municipal, ha sido un edificio que ha suscitado gran interés entre los historiadores por tratarse de un caso bastante excepcional en el panorama de la arquitectura valenciana del siglo XVI. Se trata de un palacio de carácter residencial fortificado con un origen medieval, que destaca por los elementos renacentistas que lo hacen único, esencialmente su portada rústica y su patio columnario.
Fue construido a finales del siglo XVI sobre una fortaleza medieval. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos años en el edificio, concretamente en la nave este, han sacado a la luz restos arrasados de una construcción defensiva medieval. Estos vestigios podrían ser lo que quedó del antiguo castillo que se menciona en un documento histórico escrito en 1378.
Este edificio medieval fue totalmente remodelado en el Renacimiento, se trata de un edificio de planta cuadrangular que tuvo cuatro torreones en las esquinas, y un foso que lo rodeaba por motivos de defensa. De los torreones solo se conserva la parte baja de los dos posteriores, con basamento de sillería en talud con un bordón sobre el que arranca la fábrica de mampostería. De los que flanqueaban la fachada solo quedan los cimientos. La parte más antigua es la aneja a la crujía del fondo, que forma una nave rectangular cuyo eje mayor esta orientado norte-sur, está cubierta con bóveda de cañón realizada en ladrillo.
A pesar de las transformaciones sufridas a lo largo del tiempo, hay construcciones anejas hasta bien entrado el siglo XX, es posible reconocer algunos de los elementos renacentistas del monumento, como el claustro, la portada principal y la puerta recayente al claustro.
La etapa decimonónica, manifestada en la vivienda de Pascual Meneu, es la mejor conservada de todas y en ella se encuentran grandes salas decoradas con pinturas costumbristas y alegóricas, techos de madera y revoltones de cerámica pintados, suelos ricamente decorados y una escalera construida con grandes piezas de mármol blanco y rejerías modernistas muy trabajadas, mostrándonos una vivienda típica de finales del XIX.
