Es una de las obras más logradas de Harold Pinter, quien la escribió en los años cincuenta, pero la guardó para estrenarla en el momento más oportuno
Castellón Información
CulturArts ha programado para el próximo sábado la obra Invernadero de Harold Pinter en el Teatro Principal de Castellón. Dirigida por Mario Gas, en una adaptación del escritor Eduardo Mendonza, el espectáculo cuenta con un reparto de excepción: Gonzalo de Castro, Cristián Ulloa, José Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya.
Esta es una de las obras más logradas de Harold Pinter quien la escribió en los años cincuenta (1958) pero la guardó para estrenarla en el momento más oportuno... treinta años después en 1984.
Invernadero es una de las obras capitales y más representativas del teatro de Pinter. Está inspirada en la intervención soviética en Hungría para conjurar la revolución.
Su argumento se desarrolla en un Día de Navidad. En una institución, una supuesta clínica, no se sabe si casa de reposo, el director es informado por su ayudante de un suceso que desencadenará una crisis: la muerte del paciente 6457.
Los empleados de la institución se encuentran involucrados de distintas maneras en la historia, que se desarrollará de una forma sorprendente. Invernadero es una mezcla de comedia de enredo y comedia negra que se articula en una compleja trama de escenas llevadas al borde del ridículo, con un lenguaje por momentos cercano al del absurdo.
En ella, Pinter nos presenta una sátira del funcionamiento burocrático y el gobierno autoritario de un establecimiento cuya naturaleza exacta no se desvela. No está sometido a ningún control y al parecer, está permitido cualquier comportamiento hacia los alojados. En plena celebración navideña, el director y su equipo se enfrentan con un nacimiento y una muerte que han tenido lugar en el interior de este lugar. ¿Quiénes serán los responsables? ¿Y cómo hay que actuar ante semejantes sucesos, tan inesperados como comprometedores?
Inmersos en un mundo en el que se confunden elementos realistas y ambientes cotidianos con aquello que proviene de lo oculto, unos personajes aparentemente estereotipados y fácilmente reconocibles, trabajadores de una siniestra institución, se relacionan revelando sus afinidades y sus odios, sus intrigas para medrar dentro del sistema institucional y su supuesto sometimiento a la jerarquía establecida. Se crea así una tensión dramática entre lo real y lo supuesto, lo sospechado y lo inventado, el presente y la memoria, que cristaliza en una comedia cargada de humor, a veces negro, con un importante trasfondo de crítica política y social.