José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Los castizos De la Villa y Corte han repetido hasta la saciedad el dicho: 'como Madrid no hay otra igual, ni en España ni en el resto del mundo'. Es singular, cosmopolita, acogedora, integradora, señorial, majestuosa, otrora con aires de superioridad, multicultural y el epicentro del poder.
Madrid es diferente y singular y así debería ser tratada. Lo cierto es que cuando se dio forma al Estado de las autonomías se cometió el tremendo error de colocarla como una autonomía más omitiendo su singularidad, no queriendo reconocer que debería tener un trato diferencial, como se otorgó a Euskadi , Catalunya y Navarra.
Empieza a ser obvio después de más de cuarenta años de funcionamiento democrático que esta España pseudo federal con autonomías diversas en cuanto a los niveles de trasferencias y gestión, pero en todos los casos mayores que las de Estados occidentales entre los que nos codeamos que entre otros muchos errores está el no tener un Madrid DF al igual que existen en Estados Unidos, México y de modo similar en algunos otros países.
La ineptitud de todos los que nos gobiernan, su cortoplacismo , su falta de interés y preocupación por los ciudadanos han puesto encima de la mesa de un modo descarnado el problema de Madrid.
El principal aeropuerto del Estado está en Barajas con un tráfico en el último año de más de sesenta millones de viajeros. La principal estación de viajeros por tren es Atocha, con más de ciento diez millones de viajeros en el último año... ¿continúo?
Es innecesario recordar el número de acontecimientos económicos, ferias , congresos, y un largo etcétera derivados de la capitalidad de la ciudad, por lo que es evidente que no podemos actuar del mismo modo que en Zamora o Teruel.
No deja de ser cierto que por fin se ha conseguido que se establezcan unos parámetros de actuación comparables, medibles y objetivos, más allá de la mezquindad de dudas sobre su fiabilidad, que eviten interpretaciones erróneas y torticeras, aunque han resultado insuficientes para encauzar medidas adecuadas.
Por no gastar dinero y a opinión de quien suscribe, se ha dejado que Madrid se estrelle en su idiosincrasia y peculiaridad para derribar a un gobierno de coalición sin importar en exceso las muertes que se producen. Y cual goteo lento, monótono y repetitivo se producen a diario, con menos dramatismo aun que hace unos meses al ser lento y en cantidades escasas.
Es un fracaso absoluto y una tomadura de pelo a la ciudadanía de Madrid y a la del resto de España que no se hayan impuesto pruebas a todo el mundo que llegara o subiera a un avión, que del mismo modo que hoy se pregunta en Atocha cual es el motivo de su viaje para subir a un tren. Se hubieran puesto medidas como controles de temperatura, continuar con menor capacidad de pasajeros en los trenes o pruebas pcr para todos.
La Señora Ayuso en aras a esa política liberal que pretende la caracterice no ha actuado en el ámbito sanitario ni en el educativo durante el verano. El Sr Illa ha fracasado desapareciendo en el verano y con una dejación de funciones evidentes al no asentar protocolos que hicieran de la capital del reino ejemplo de índices bajos en contagio.
No han conseguido con el estado de alarma decretado de prisa y corriendo, con el presidente en Catalunya haciendo de ministro de día del Rey defenestrar a Ayuso y el tiempo lo dirá. El sentimiento de los madrileños es de hastío y enfado y no me sorprendería que al final como he comentado en algún foro Isabel Díaz Ayuso, peculiar y especial donde las haya, sin haberlo pretendido, se convierta en la Juana de Arco en contra del BOE opresor al servicio de Sánchez y sus secuaces.