Ciudadanos votó a favor, pese a compartir muchas de las enmiendas del PP, que no justificó de donde sacaría su financiación
Pleno extraordinario de presupuestos en la Diputación Provincial que se saldó sin sorpresas. Compromís y PSOE defendieron sus cuentas, las últimas de esta legislatura, que ascienden a 188,2 millones de euros. Ciudadanos compartió la necesidad de las enmiendas presentadas por el PP pero votó a favor del presupuesto. Y el PP defendió ‘otro presupuesto’ pero no justificó cómo lo elaboraría.
El pleno extraordinario de la Diputación de Castellón ha aprobado hoy los presupuestos para 2023, que ascienden a 188,2 millones de euros con los votos favorables del equipo de gobierno (PSOE y Compromís) y Ciudadanos.
Eran habas contadas y no hubo grandes sorpresas. En lo básico, los discursos de presentación del presupuesto no hicieron sino repetir lo que ya apuntaron el presidente, el diputado de Hacienda y el portavoz de Compromís, cuando los presentaron hace unos días.
Algo parecido ocurrió con el Partido Popular, con Marta Barrachina como portavoz de su grupo. Barrachina también reiteró las prioridades que su grupo entendía que se habían quedado fuera de las cuentas provinciales. Pero, como el día de la rueda de prensa, pusieron sobre la mesa en torno a 47 millones de euros sin indicar de donde los sacarían.
Nociones básicas: los presupuestos
Los presupuestos de una institución como esta no son muy diferentes a los de una economía familiar, salvo que las fuentes de ingresos son mucho más diversas y su representación contable, bastante más complicada.
El presupuesto debe contabilizar los ingresos con los que prevé contar la entidad, y establecer una previsión de gastos por partidas concretas, de forma que, finalmente, ingresos y gastos queden completamente equilibrados. Como indicaba un popular humorista, ‘las gallinas que entran por las que salen’.
Indudablemente, los presupuestos son ideológicos y llevan la firma de quienes los proponen. Las prioridades irrenunciables de unos pueden no ser las mismas que las de los otros grupos. Y luego está la forma de ‘calzar el puzzle’: de ajustar esos gastos a los ingresos y que el conjunto de la propuesta cumpla con todos los requisitos legales. En este apartado los técnicos son fundamentales.
Cabe apuntar, por otra parte, que la mayor parte del presupuesto de una institución como la Diputación, viene ya comprometido desde el primer momento que comienza su elaboración. Están los gastos fijos, como los destinados al pago del personal; los gastos corrientes, para el mantenimiento de los servicios… de manera que las decisiones políticas tan solo se plasman en una parte muy pequeña de las cuentas. Y es aquí donde difiere la propuesta que se lleva a pleno. De esta forma, el gobierno establece sus pautas y los técnicos las encajan en la estructura presupuestaria.
¿La oposición podría hacer lo mismo? Si y no. Los técnicos también están para asesorar a la oposición. Ahora bien, las partidas que la oposición puede ‘tocar’ para introducir sus propias prioridades son limitadas, no deben estar comprometidas de antemano, y deben señalar de forma directa cómo se aplican. La oposición no puede presentar un presupuesto paralelo ni alternativo, pero si plantear sus sugerencias de forma previa, dentro de una negociación; o en forma de enmienda: ‘quitar de aquí para poner allá’.
Los datos objetivos del presupuesto
En términos objetivos, el presupuesto de Diputación para 2023 asciende a 188,2 millones de euros; lo que significa un incremento del 5,84% respecto a los de 2022. Denominado publicitariamente como ‘#MésCastelló’, gira en torno a 4 grandes ejes: + municipalismo (34 millones de euros); + Ciudadanía (92 millones de euros; + Crecimiento (25 millones de euros); y + Sostenibilidad (26,3 millones de euros).
La estructura del pleno
La estructura del pleno ha sido la siguiente: presentación de las cuentas por parte del diputado de Hacienda, Santiago Agustí. A continuación, han intervenido los portavoces de los cuatro grupos municipales en dos turnos, el primero de 10 minutos y el de réplica, de 5 minutos. Y tras la votación, valoración del presidente de la diputación José Martí.
Presentación del Presupuesto
El diputado de Hacienda, Santiago Agustí, ha realizado una primera exposición en la que más de hablar de este presupuesto en concreto, ha hecho una valoración de las cuentas presentadas en esta legislatura. Y es que, como apuntaba Agustí, no han sido cuatro años fáciles.
A las crisis económica y sanitaria se suma ahora la de los costes energéticos y los compromisos asumidos, por ejemplo, en materia de personal, donde se han acordado los cimientos para establecer la carrera profesional o la incorporación de funcionarios interinos.
En la misma línea, Diputación también afronta ‘con valentía’ una serie de actuaciones fundamentales en materia de reciclado y tratamiento de residuos, de tratamiento y cloración de aguas; de depuración; o de mantenimiento y mejora de carreteras.
Y en este momento, señalaba Agustí son presupuestos que aspiran a financiación europea. En suma, un presupuesto sólido y de expansión, que sirve como herramienta principal al servicio del tejido social de las ciudades y pueblos de la provincia.
La contradicción de Ciudadanos: critica el presupuesto pero lo aprueba
Cristina Fernández, portavoz de Ciudadanos, ha dado una cal de otra de arena. Por una parte, ha ‘abroncado’ al equipo de gobierno por su falta de sensibilidad para con la corporación, ya que afirmaban buscar un consenso que apenas se ha negociado. Las cuentas se les presentaron con un margen de pocos días.
Ha cuestionado la supresión del Plan Digital Empresarial, del Convenio de Proyectos Europeos, o del fondo para la rehabilitación de viviendas; y ha criticado la falta de ambición de una institución que se deja el dinero en ferias y folletos sin dar un paso a ninguna parte.
En su intervención, en el turno de réplica, Fernández ha valorado como positivas las enmiendas del PP, aparte de proponer otras intervenciones avaladas por sus compañeros de ciudadanos en los distintos ayuntamientos.
Con todo, Ciudadanos ha votado a favor del presupuesto lo que deja abierta la puerta a numerosas preguntas: Si, como afirmaba el grupo naranja, el consenso del que presume el gobierno se ha quedado en papel mojado; si no se ha dado un paso a ninguna parte; si era un presupuesto tan mejorable que debía de haberse negociado previamente para incluir también algunas de las propuestas del PP… ¿Por qué votaban a favor los dos diputados provinciales de Ciudadanos…?
Según manifestaba Cristina Fernández a Castellón Información: "Hemos votado a favor porque, como anunciamos la semana pasada, nuestro voto favorable estaba condicionado a que aprobaran las enmiendas que nosotros habíamos presentado, y así ha sido".
La fotografía que se hacían ambos diputados naranjas de la mano de Compromís y PSOE al término del pleno recordaba bastante a ‘los otros pactos’ del gobierno que no gobierna aunque si mueve los hilos del municipio de Benicàssim, tras la ruptura del acuerdo Ciudadanos-PP. A fin y al cabo, ahora Cristina Fernández ya tiene su máxima dedicación en el órgano provincial y no en el ayuntamiento benicense.
Y que cada uno lo interprete como quiera.
Compromís y su apuesta por el medioambiente
Por parte de Compromís, su portavoz, Ignasi Garcia no podía sino mostrarse satisfecho con las cuentas que proponían como socios del PSOE. Un presupuesto sostenible, en consonancia con el medio ambiente, lo que se traduce, también, en una economía valiente que garantice servicios públicos de calidad.
Garcia habló del cambio climático; de la colaboración entre Diputación y UJI para dar soporte a las políticas de emprendimiento; de la necesidad de poner en marcha una economía social y solidaria; de la apuesta del Plan director del Agua, de los educadores medioambientales o el futuro de a recogida de residuos puerta a puerta.
Garcia mencionó: “presentamos unos presupuestos que, de nuevo, buscan la colaboración con otras instituciones, como garantía de ser más eficaces y eficientes en nuestras políticas, porque nosotros apostamos por la política útil para la administración de los servicios de los pueblos y de las personas”.
“Y fruto de estas colaboraciones, manifestaba, han salido, por ejemplo, la activación de las plantas de purines, abandonadas por la derecha, dentro del plan de agro-compostaje, la ampliación del fondo de cooperación municipal de turismo o contra el despoblamiento, con todo lo que esto supone para los municipios”
Y en este sentido, ha explicado, “la extensión y mejora en la depuración del agua en todo el territorio, la implementación y garantía de un servicio adecuado de centros de día y de inclusión social para nuestros pueblos, o dos obras especialmente significativas por esta institución y por estas comarcas, como son la reforma de Penyeta Roja y la recuperación de todo un símbolo del País Valenciano como es el santuario de San Juan de Penyagolosa”.
Barrachina: “Otro presupuesto es posible” ¿Pero cual?
La presidenta provincial del PP, Marta Barrachina, ejercía por primera vez como portavoz de su grupo en un pleno de presupuestos de Diputación.
Como ya avanzó anteriormente en rueda de prensa “otro presupuesto era posible”, pero lógicamente, quien gobierna es quien le pone la guinda al pastel.
Sus propuestas y enmiendas estaban recogidas después de consultar con los representantes de toda la provincia, y seguramente no le faltaba razón en algunos de sus argumentos. Defendía una política más social, más centrada en el apoyo al comercio, a las familias, y más solidaria para los municipios que no han podido sumarse a la red de compras para el suministro eléctrico.
El problema, es que sus líneas generales resultaron un tanto difusas en muchos momentos. Y cuando se llega a un pleno de presupuestos además de defender la filosofía y prioridades de tu grupo es fundamental poder indicar no solo lo que pides que se gaste en lo que propones, sino de dónde debe proceder la financiación.
De lo contrario sucede lo que sucedió, que el diputado de Hacienda, Santiago Agustí pudo plantarle cara para desvirtuar el mensaje de la oposición.
Desde la mesa de prensa también surgían muchas preguntas. ¿Cómo un grupo que ahora tiene entre sus portavoces a algunos expertos en cuentas provinciales pudo permitirse semejante error?.
Por ejemplo, Barrachina, del PP, defendió mejoras que rondaban 47 millones de euros. El diputado de Hacienda pudo preguntarle con tono burlón si lo que el PP quería era aumentar el gasto de la diputación en 47 millones de euros, que no estaban en su previsión de ingresos… o pretendía financiarlos con préstamos.
Agustí también pudo regodearse en las lagunas del discurso de Barrachina cuando el PP no justificó qué recortaría y de dónde sacaría para financiar sus propuestas; porque daba a entender un desconocimiento completo de la gestión presupuestaria.
Y, finalmente, tampoco quedó claro si, como parece, el equipo de gobierno tiene la pretensión de endeudar a la Diputación con un préstamo de 7 millones de euros… o como señaló después Agustí, “sí pero no, porque depende”. ¿Pero no… qué?
En resumen, un pleno económico que no pasó de lo ideológico con la mirada puesta en las próximas elecciones.
La votación discurrió también según lo previsto. El presupuesto se aprobó por mayoría, solo con la oposición del PP.
A continuación, intervino José Martí, ya sin limitación de tiempo.
Cuentas municipalistas
José Martí manifestaba ya, todo contento que son unas “cuentas públicas para estar al lado de los ayuntamientos, sobre todo de los más pequeños, para que puedan atender de forma óptima a sus vecinas y vecinos”.
Resaltaba “La vocación municipalista por la que venimos optando desde el comienzo este mandato, en un tiempo de pestes y tempestades, en el que nos ha pasado de todo”.
El presidente reivindicaba la gestión de la Diputación “para que nadie quede atrás”; ponía en valor las medidas aprobadas por el Gobierno de España, la Generalitat Valenciana y los ayuntamientos para paliar los efectos de las crisis y se preguntaba en voz alta “¿Qué hubiera sido de la economía española y, particularmente de la de Castellón, sin los Ertes?”.
